Segundos después de convertirse en el máximo artillero en la historia del club, el correntino José “Pepe” Sand se abraza a uno de los alcanzapelotas. La imagen es de 2019 y transcurre en el estadio Néstor Díaz Pérez, la casa del Granate.
Alexis Duarte (18) tenía entonces 12 años. El misionero jugaba todavía como defensor en las inferiores del club, aunque su futuro era incierto y la continuidad en Lanús también. Sin embargo, fue ese abrazo el que empezó a encarrilar su camino y lo transformó para siempre: el misionero terminó el 2025 como el goleador de la Quinta de AFA y se prepara para dar el salto a la Reserva.
“La ilusión está puesta en eso, obviamente el objetivo es llegar a Primera, pero hay que ir etapa por etapa”, dice Alexis, con madurez, a EL DEPORTIVO. No solo fue el máximo artillero de su categoría, con 27 tantos, sino que también fue el segundo goleador de AFA en todas las categorías inferiores. Sand no se equivocó. El olfato de goleador no falla.
Alexis… ¿cómo arranca tu historia con el fútbol?
Yo nací en Posadas, pero viví en el barrio 90 Viviendas de Garupá. Ahí empecé a jugar, en la Escuela Provincial 828. El profe Roberto Alarcón armó un equipo con los chicos de la escuela y nos metimos en la Liga de Garupá. Yo tenía 7 años.
¿Y cómo llegás a Lanús?
Cuando tenía 9 años entramos a jugar en el torneo que se hace todos los años en el Tacurú. Y en uno de esos partidos me vieron de River. Ahí me llamaron para jugar en Rafaela con Olimpo de Frías, un equipo de Santiago del Estero. Tenía que irme a probar a River, pero en ese torneo me vieron de Lanús.. y cuando fui al club, me recibieron de una manera tan buena que decidí quedarme.
¿En qué año fue eso?
Eso fue en 2018 y yo tenía 10 años todavía. Ese primer año iba a Buenos Aires cada dos o tres semanas, hasta que al año siguiente me dieron un lugar en la pensión. Con el esfuerzo de mis viejos, mi mamá se mudó conmigo, hasta que en 2020 se cortó todo por la pandemia. Recién volví en 2021.
Arrancaste como defensor…
Sí, sí… en Séptima arranqué el año bastante mal, los técnicos no me tenían en cuenta y entrenaba con el tercer o cuarto equipo, en la Liga Metropolitana. Recuerdo que un lunes fui a entrenar y me mandaron de nueve. Yo dije “ya está, me van a dejar libre, me tengo que ir”. Y ese día hice un montón de goles. Al otro día, de vuelta. El miércoles, más goles. Hasta que llega el viernes y me avisan que el finde iba a jugar de nueve. Yo no entendía nada. Y ese año terminé jugando de suplente en AFA.
Un optimista del gol…
(Se ríe) Ahí terminé jugando de suplente en AFA los sábados y de titular en la liga local los domingos, donde hice 16 goles en 15 fechas, pero en AFA tenía el arco cerrado. Entonces llegó como entrenador Roman Martínez, hicimos un par de amistosos y en el segundo entré de titular. En el primer centro que me tiran, ante Argentinos, gol de cabeza. Después, amistoso frente a Boca, hice dos goles. Arrancó la temporada del año pasado y por la primera fecha, ante Gimnasia, empatamos 0-0 y me erré todos los goles. Llegó el jueves y viene “Pepe” Sand, el coordinador de juveniles, y me dice: “Mirá que aposté un asado por vos, tenés que hacer más de 10 goles y pago el asado”.

Tremendo…
Yo no lo podía creer. Yo lo tenía a él como un ídolo. Y viene y me dice eso. Me dio mucha confianza. Ese sábado le ganamos a Newell’s por 3-2 e hice dos goles. Y en la fecha siguiente, contra Independiente, hice el gol más rápido del año, a los nueve segundos. Se abrió el arco. El año pasado terminé como tercer goleador de la Sexta de AFA.
¿Y este año cómo te fue?
Este año fui goleador de la Quinta de AFA, con 27 goles, y el segundo goleador de todas las categorías de inferiores. Gracias a Dios, pude cerrar un año tremendo, muy contento y agradecido con el equipo.
¿Cuál es la meta para 2026?
Si Dios quiere, a principios de 2026 voy a hacer la pretemporada con la Reserva. La ilusión está puesta en eso, obviamente el objetivo es llegar a Primera, pero hay que ir etapa por etapa.
¿Cómo es el día a día con “Pepe” Sand?
Es algo muy bueno, muy lindo. Siempre que puede, él está con nosotros y nos aconseja todo el tiempo. Yo lo escucho mucho porque es un referente del gol y un emblema del club. Es un gran ejemplo para nosotros, a veces hasta entrena con nosotros, nos reímos juntos, es muy lindo tenerlo cerca.
¿Hay algún consejo que te dio que te haya marcado?
Muchos. Por ejemplo, una vez me dijo que, cuando no haga goles, que no me desespere porque es peor, que no me ponga nervioso, porque siempre una me va a quedar, que tenga confianza.
¿Alguna anécdota con él?
Hay una muy linda, que fue cuando él hizo el gol con el que es convirtió en el máximo goleador en la historia de Lanús. Él hace ese gol y lo festeja conmigo, que ese día estaba de alcanzapelotas. Viene y me alza. Imaginate que en ese momento ni me conocía. La cuestión es que este año, hace poco, justo subieron esa foto. Entonces le pregunté si sabía quién era ese alcanzapelotas. Y me respondió: “Sí sí, más vale, ahí te pasé todos mis goles”.
¿Qué es Lanús para tu vida?
El sentimiento que tengo hacia Lanús es muy grande, es el club que amo y que voy a amar toda mi vida. Me abrieron las puertas, voy a estar agradecido siempre.

La Selección, también el sueño
Alexis es hijo de Hugo y Gladis. Su abuelo paterno es paraguayo, por lo que el año pasado formó parte de la Selección Paraguaya Sub-20. “Fue un orgullo jugar para Paraguay, obviamente que también es un sueño jugar en la Selección Argentina”, sintetizó el atacante misionero.
La familia tira para el goleador, quien reconoce el sacrificio de sus viejos para ganarse su lugar en Buenos Aires. “Ellos confiaron en mí y nunca me dejaron solo, cuando llegamos a Buenos Aires no conocíamos nada. Llegamos cada uno con una valija y un colchón inflable. Ahora estamos un poco mejor, podemos alquilar una casa, pero esas son cosas que no se olvidan”, cerró Duarte, quien espera dar el salto a la Primera del club en poco tiempo.









