Un nuevo frente judicial se abre para la máxima diva de la televisión argentina. Tras no llegar a un acuerdo en la etapa de mediación obligatoria, comenzó formalmente el juicio laboral contra Mirtha Legrand, iniciado por Marcelo Campos, quien fuera su chofer personal durante más de tres décadas. El litigio se centra en graves acusaciones de despido sin causa y fraude en la registración laboral durante los últimos ocho años de la relación de dependencia.
Según trascendió desde los tribunales laborales, el pasado viernes se dio por cerrada la instancia de conciliación sin humo blanco. A pesar de que hubo dos audiencias la semana pasada -una el lunes y otra el viernes-, las partes no lograron acercar posiciones. La jueza interviniente había sugerido a la defensa de la conductora, encabezada por el estudio Funes de Rioja, una oferta para abonar los rubros indemnizatorios básicos (antigüedad, preaviso y vacaciones), excluyendo las multas de la Ley de Contrato de Trabajo.
Sin embargo, la parte actora rechazó de plano la propuesta. La defensa de Campos sostiene que la oferta era “muy inferior” a la liquidación real, dado que el reclamo no solo abarca el despido, sino una diferencia salarial sustancial. El conflicto radica en el encuadramiento gremial: el chofer figuraba inscripto bajo un convenio de publicidad, con un sueldo que rondaba los 700 mil pesos, cuando, según su función real, debería haber percibido cerca de 2 millones de pesos bajo el convenio de choferes particulares.
Al no existir acuerdo, se abre ahora la etapa de prueba y testigos, donde desfilarán ante el estrado quienes puedan acreditar las verdaderas tareas y horarios que cumplía el empleado. La demanda busca que se reconozcan no solo los años de servicio, sino las penalidades por la defectuosa registración laboral, lo que elevaría la cifra final a montos multimillonarios.
Fuente: Agencia de Noticias NA





