La estilista y colorista Agustina Franco recibió el premio de Campeona Sudamericana de Peinados durante una competencia realizada recientemente en Santiago de Chile.
La única misionera en un equipo conformado por profesionales de Buenos Aires, participó en cuatro categorías, obteniendo el primer lugar en “Peinado Glamour” y, el segundo, en “Peinado Creativo”.
Explicó que el peinado “Creativo” es “para mí uno de los más hermosos, de los más importantes y uno de los más difíciles”. El “Glamour”, en tanto, es un peinado “con ondas al agua, que son de tendencia de salón. Es un peinado versátil, con mucho movimiento, con mucho volumen, que usan las misses. Acá se utiliza en las elecciones de reina, en los desfiles, hay clientas que lo usan para una fiesta, un casamiento”.

Comentó que estos trabajos se realizan sobre muñecas que no se consiguen en Argentina, que, por lo general, se traen desde Europa. “Pude conseguir dos, sin ellas no podría participar en el Creativo. El vestuario de las muñecas fue confeccionado por mi hermana Romina, y mis amigas me hicieron un chaleco bordado en tela: en la espalda, las Cataratas del Iguazú junto a la inscripción Argentina y, adelante, un yaguareté y un tucán, representativos de Misiones”.
Para Franco, cada competencia “significa aprendizaje, contactarse, mostrar lo que hacemos y compartirlo con quienes tenemos la misma pasión. Eso es lo más importante, más allá del premio”, dijo la madre de Florencia y Abel Ayala. Dio sus primeros pasos en la profesión de la mano de su padre, José
Domingo Franco -su mamá es Faustina Brítez-, en una época donde los cortes americanos se hacían a tijera y peine. “No existían las máquinas, por lo que las medidas se iban regulando de acuerdo a como se levantaban los dedos. A pesar que me enseñó a realizar este corte, me gusta atender a las mujeres porque las entiendo, me gusta tratarlas y me siento mucho más cómoda”.
Nacida en Colonia Delicia y radicada en Posadas desde hace 35 años, sostuvo que “muchos dicen que la peluquería es un lujo, yo creo que es una necesidad de verse bien, levanta la autoestima, la mujer se siente empoderada con un buen peinado, con un buen color. Es algo emocional, es mágico. Cada persona que entra viene con un deseo y trato de cumplirlo. Cuando sale feliz, me pongo feliz por ella. No es una profesión rutinaria porque cada día tenemos diferentes clientes, historias diferentes, escuchamos y compartimos muchas cosas, siempre con mucho amor y respeto”.
Lamentó no haber podido viajar al mundial que se hizo en Inglaterra, pero, “seguramente representaré al país en el próximo, que, se presume, se realizará en Italia. Es el objetivo del equipo”.





