Un tornado de dimensiones sin precedentes azotó el estado de Paraná, en el sur de Brasil, y dejó al menos seis personas muertas y más de 750 heridas, según informaron las autoridades locales. El fenómeno, acompañado por vientos de hasta 250 kilómetros por hora, tormentas eléctricas y granizo, provocó graves daños materiales y dejó sin hogar a unas 10.000 personas.
Las ciudades más afectadas fueron Río Bonito do Iguaçu, donde se registraron cinco víctimas fatales, y Guarapuava, con una persona fallecida en su zona rural. Los equipos de rescate continúan trabajando entre los escombros en busca de una persona desaparecida y otras posibles víctimas.
El Gobierno de Paraná informó que se instaló un hospital de campaña en Río Bonito do Iguaçu para atender la alta demanda de heridos. Diez de las personas asistidas se encuentran en estado grave y fueron trasladadas a centros médicos con mayor capacidad.
En Río Bonito do Iguaçu, localidad de unos 13.500 habitantes, el tornado destruyó cerca del 90% de las viviendas y construcciones. Entre las víctimas se encuentran tres hombres de entre 49 y 83 años, una mujer de 47 y una adolescente de 14.
El subcomandante general del Cuerpo de Bomberos de Paraná, Jonas Emmanuel Benghi Pinto, describió la situación como “un escenario de guerra”, ante la magnitud de la destrucción que incluyó casas demolidas, árboles arrancados, postes de energía caídos y vehículos volcados por la fuerza del viento.
El gobernador de Paraná, Ratinho Junior, declaró el estado de calamidad pública para movilizar recursos y financiar medidas de emergencia. También anunció que, una vez finalizadas las tareas de búsqueda y rescate, comenzarán los trabajos de reconstrucción en las zonas afectadas.







