La novela “Cometierra”, de Dolores Reyes, que se convirtió en un fenómeno editorial, dio el salto a la pantalla de la mano del director Daniel Burman para PrimeVideo. Cabe recordar que en Argentina se vivió una polémica con este libro cuando fue incorporado como material complementario de lectura dentro de los programas de Educación Sexual Integral en colegios bonaerenses.
La historia narra la vida de Aylín, una adolescente que, al comer tierra, puede ver el paradero de personas desaparecidas. Este don aparece el mismo día en que desaparece Emma, su profesora y amiga, y marca el inicio de una trama que combina dolor, misticismo y realidad social en un barrio empobrecido de las afueras de Ciudad de México.
La serie no solo retoma la historia central del libro, sino que también dialoga con la actualidad, en un contexto donde los casos de violencia de género y desapariciones siguen en aumento. “Siento que la esencia del personaje de Cometierra está más vigente que nunca. Me da tristeza e incomodidad que su vigencia sea tan visceral”, expresó Reyes, en relación al escenario argentino, donde se registra un femicidio cada 35 horas. Para la autora, la ficción vuelve a tocar fibras profundas en un país marcado por la búsqueda de personas, tanto en dictadura como en democracia.
Uno de los mayores desafíos de la adaptación, según Burman, fue representar visualmente el acto de comer tierra sin distorsionar su crudeza. “No queríamos romantizarlo. Buscamos mantener lo primitivo del recurso, hacerlo visualmente aceptable pero fiel al relato”, señaló el director. Reconoció que fue una de las escenas más complejas de filmar y que el equipo trabajó para lograr un equilibrio entre simbolismo, realismo y respeto por el material original.
Reyes también explicó por qué la tierra es el elemento central de la historia. “Crecí viendo a mujeres buscar a sus hijos en la tierra, abriéndola para encontrar un hueso o un nombre. La tierra sabe”, dijo. Para ella, este elemento es memoria, cuerpo y testigo de lo que no se ve. En esa línea, Aylín —la protagonista— no es una superheroína, sino una joven con un don pequeño, pero profundamente humano: una conexión directa con la tierra como fuente de verdad y dolor.
Burman coincidió en que el poder de Aylín no se construye desde lo sobrenatural clásico, sino desde lo colectivo. “No es una heroína solitaria. Su don se vuelve útil cuando se combina con el tejido social que construye con otros. No son los Avengers; son pibes del barrio que no aceptan la realidad tal como es”, explicó. Para el director, trabajar con esta historia fue una enorme responsabilidad y uno de los proyectos más arriesgados de su carrera.
Ante la consulta sobre si la serie funciona como reivindicación tras intentos de censura al libro, Reyes fue contundente: “Cometierra tiene vida propia. Querer negarla es triste. El personaje ya circula, me ha trascendido”. La autora aseguró que, aunque recibió mensajes hostiles, ver su obra transformarse en imagen es una prueba de su potencia narrativa y de su permanencia cultural.
Fuente: Filo News









