Joven, fresca y creativa, así es Daniela Salinas, quien se anima a despertar los sentidos con sus creaciones. En diálogo con SextoSentido contó que “siempre fui muy creativa y al principio comencé con las velas como una forma de conexión a tierra. Hacía velas para desconectar de la rutina diaria y las hacía para mí y para regalar”. Así fueron esos comienzos, pero eso creció cuando “mis amigos y mi familia me alentaron a crear un emprendimiento y monetizar esto que tanto me apasiona”. Daniela trabaja en una fuerza de seguridad y en sus tiempos libres decidió crear Candelero.
Se trata de un emprendimiento de velas aromáticas, difusores y perfuminas de tela, que ya lleva casi cuatro años. “Nace como un espacio personal que con el tiempo fue creciendo y hoy tengo más aspiraciones, deseo que esto se convierta en algo más grande. Lo que más me inspira es que cada aroma puede contar una historia, o acompañar un momento especial. Me encanta cuando me cuentan que un aroma les recuerda a alguien, o un viaje, o a una etapa linda de su vida”, relata Daniela apasionadamente.
Actualmente participa los domingos en la feria de Spacio Mujer en el cuarto tramo de la costanera donde “me pueden encontrar con todos mis productos para disfrutarlos, adquirirlos, sentir aromas y también pueden acceder a mi página web desde la que ya estoy realizando envíos a todo el país”.
Su sentir
Candelero representa “amor por lo hecho a mano. Cuando me preguntan sobre mi emprendimiento les digo que representa para mí la constancia, la creatividad y la posibilidad de seguir creciendo”.
Incluso ella aclara que esta fuerza ilimitada de su creación también se activa “cuando la vida se pone difícil”. Más allá de lo que pueden pensar otras personas que no están con un emprendimiento, mujeres y madres como Daniela reconocen que les pertenece desde su propio Ser.
“Todo es un pedacito de mí, en cada vela, hay una parte de mí que se llevan con mucho amor”. Y esto tiene devolución porque “la gente reconoce el trabajo y valora. Y cada vela cuenta también un poquito de mi historia”. (Por Rosanna Toraglio).








