Rocío Portillo, DJ en ascenso, encontró en la música un refugio durante su internación para tratar una Leucemia Mieloide Aguda (LMA). Mientras recibía quimioterapia, encendía su computadora, enchufaba sus auriculares y controlador para mezclar, y se sumergía en la creación musical. “Escuchaba de todo, hasta transmisiones de sets en vivo. Vos no podés meter tu casa adentro del hospital, pero fui negociando para llevarme una lámpara, la computadora, el controlador para mezclar y grabar música y también me mandaban música. Eso me mantenía activa”, recuerda Rocío.
Criada en Mendoza, en una familia vinculada a la música, desde niña tomó clases de piano, baile y teatro. “Mis amigos de la secundaria eran los que iban a fiestas electrónicas y así empecé a ir con ellos”, comenta sobre sus primeros acercamientos al género. Aunque ejercía como periodista, decidió formarse como DJ sin la intención de ser artista profesional: “Me interesaba, me parecía divertido estar en contextos sociales y poder musicalizarlos. Siempre lo tomé muy en serio porque mi padre me inculcó que ser músico no es ser un vago, que hay que estudiar”.
En agosto de 2019, Rocío se enfermó gravemente y luego de tres quimioterapias y una larga internación, recibió el alta. A pesar de lo duro de la experiencia, habla de ella con fortaleza y cariño: “Yo tengo sangre 0 negativo, que es un tipo muy raro, y llegué a tener una lista de donantes de tres páginas que guardo hasta el día de hoy”. La música fue parte de su rutina para enfrentar el aislamiento y la incertidumbre.
Su carrera musical despegó cuando el reconocido DJ Hernán Cattaneo la invitó a abrir su show en 2021: “Fue un antes y un después. Yo venía de estar encerrada un año en casa por ser paciente de riesgo. Sentí que me llamaron para patear el penal y lo logré”. Además, cuenta cómo estableció vínculos con figuras internacionales como Nick Warren, que la incluyó en su sello The Soundgarden, abriendo nuevas puertas en su recorrido profesional.
Con un estilo híbrido que combina música electrónica con cantos y elementos en vivo, Rocío ha viajado por Europa y Argentina, adaptándose a escenarios y públicos variados. “Son los argentinos que migran los que están bancando. Europa es un terreno difícil porque hay más un sonido tecno y Argentina es cuna del progressive. Y el público argentino es muy pasional, llevan la bandera a todos lados, son los que compran los tickets y te dan una mano aunque no te conozcan”, afirma.
Hoy, Rocío busca devolver a la comunidad algo de todo lo recibido mediante su voluntariado en la Asociación Tras-pasar y sueña con crear un sello propio, producir, realizar una gira latinoamericana y lanzar Médulas, un programa radial que sirva para difundir música y apoyar causas solidarias.
Fuente: Clarín









