Yasmin Fernández, una de las jóvenes que viajaba en el micro que cayó al arroyo Yazá, compartió en sus redes sociales un estremecedor testimonio sobre lo ocurrido durante el accidente que dejó nueve muertos y 29 heridos. La estudiante de Oberá, oriunda de Eldorado, relató con detalle cómo logró salir del colectivo, auxiliar a otros pasajeros y permanecer junto a un herido hasta que fue rescatado.
“Hola gente, quería agradecerles mucho sus mensajes de preocupación, lamento mucho preocuparlos porque realmente estoy bien”, comenzó su mensaje. Aseguró que sólo sufrió “dos puntos en las piernas, muchos raspones y dolor del golpe”, y agregó que se sintió “muy bendecida” por haber sobrevivido.
Contó que el impacto fue tan fuerte que el micro cayó quince metros hasta el cauce del arroyo. “Así como chocamos con el auto y después nos fuimos a la banquina y directamente ya después nos estrellamos los 15 metros en caída, fue algo que nos levantó, caímos y a los dos segundos ya se llenó de agua”, recordó. Dijo que la corriente la empujó hacia afuera y que logró salir del vehículo por sus propios medios.
Una vez fuera, trató de asistir a otros pasajeros que pedían ayuda. “Todo el mundo estaba gritando y me acerqué a una chica porque estaba gritando y sentía impotencia de estar tan consciente y tan bien”, relató. La joven explicó que la muchacha tenía un golpe en el pecho y trataba de recoger sus pertenencias, mientras ella intentaba tranquilizarla. “Le decía estoy bien, estás bien vos, estamos acá, tranquila, estoy acá con vos”, contó.
En medio de esa situación, vio pasar un cuerpo y se lanzó al agua sin dudarlo. “Lo primero que me vino a la cabeza es que no podía estar muerto, no puede ser un cuerpo de una persona, y yo estaba realmente parada, ya tenía estabilidad, el agua ya no me estaba llevando pero cuando lo vi, sólo me tiré”, expresó. La corriente los arrastró varios metros, pero no soltó al joven. “Nos llevó costa abajo, me raspe mucho porque realmente me fui con el chico con la corriente porque no lo iba a soltar, no lo iba a dejar ir”, aseguró.
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El muchacho, identificado como Gustavo Báez, de 31 años, resultó gravemente herido. Según el relato de Yasmin, “quedó cuadripléjico, realmente quedó, no podía moverse del cuello para abajo”. Lo sostuvo entre sus brazos hasta que comenzó a recuperar la sensibilidad. “Cuando empezó a sentir su lado derecho, su pierna, sus brazos, después sintió también el lado izquierdo pero ese estaba dislocado”, relató. Lograron llegar a la orilla y pidió ayuda a un hombre que no pudo asistirlos por la pendiente del terreno.
Entonces, permaneció junto al herido para contenerlo del frío. “Lo único que pude hacer fue estar al lado tipo con mis piernas, pasa que se golpeó, el chico realmente se llama Gustavo Báez, que realmente le mando muchísima fuerza y que va a mejorar”, escribió. Contó que improvisó con su cuerpo una suerte de sostén para mantenerle el cuello firme.
Con una linterna, trató de dar señales y acompañar a otros sobrevivientes que pedían auxilio en la oscuridad. “Lo único que podía hacer fue alumbrar con su celular, quería dar algún tipo de consuelo con la linterna a algunas personas y saber que estábamos”, explicó. Lamentó no haber podido socorrer a más personas. “Me dolió que solamente pude haber ayudado dos personas y no poder haber ayudado más”, expresó con angustia.
Permaneció junto a Báez hasta que llegaron los rescatistas. “Hasta lo último me quedé con él”, relató. Viajó con el joven en la ambulancia hasta el hospital y lo acompañó hasta que llegó su familia. Afirmó que lo suyo fue una decisión humana y espontánea. “Yo no iba a viajar ese día, fue una cosa de último minuto. Esa madrugada preparé mis cosas y me fui. Yo tenía que estar ahí para ayudar a ese chico y yo lo sé, realmente son cosas que a uno, no sé, es humanidad supongo yo”, escribió.








