Un informe realizado por Red Alimendar y la Red de Cocineras Comunitarias afirma que el 85% de los comedores y merenderos comunitarios ubicados en barrios populares de esta ciudad está dirigido por mujeres, que en menos del 20% de los casos reciben una remuneración por su trabajo.
El trabajo contó con la colaboración del Observatorio de Datos Socioeconómicos (ODaSE) de la UNaM, Foro ODS y Fundación TECHO, y analizó las condiciones de trabajo de los referentes a cargo de 54 comedores y merenderos ubicados en barrios populares de la capital misionera.
Gionas Borboy, coordinador de la Red Alimendar, comentó entrevistado por PRIMERA EDICIÓN que la mayoría de las trabajadoras “no está recibiendo ningún tipo de beneficio económico directo ni mucho menos aportes. Hoy por hoy estamos hablando de que una cocinera está cocinando y de repente se jubila, como una manera de decirlo, y queda en la nada”.

Relevar para conocer
La necesidad de salir a terreno y buscar datos para conocer la situación de los comedores y sus cocineras surgió en 2023, cuando se presentó en el Congreso nacional un proyecto para crear un programa nacional de reconocimiento salarial para personas a cargo de comedores comunitarios.
Ese proyecto establece un marco de derechos laborales como salarios actualizados, obra social y jubilación y, hasta entonces, Misiones no contaba con datos sobre la cantidad y condiciones de trabajo de sus cocineros comunitarios. El puntapié inicial lo dio la Red Alimendar en Posadas, que junto con sus cocineras asociadas planteó la idea de empezar a tomar datos y conocer esa realidad.
Borboy explicó que más tarde el cambio de gobierno y medidas como la disolución del Registro Nacional de Comedores (ReNaCom) frenaron el tratamiento del proyecto y complicaron el escenario en los comedores, donde la demanda crece constantemente.
Pero el relevamiento siguió adelante, porque el objetivo era entender “cuales eran las condiciones en que las cocineras con las que trabajamos y muchas otras más estaban cocinando, cómo guardaban la comida, de dónde venían esos alimentos, cuál era la fuente de financiación y, por supuesto, dónde estaban ubicados”, afirmó Borboy.
Más tarde se sumaron otros organismos como TECHO, Foro ODS y el Colegio de Nutricionistas, que multiplicaron los puntos de interés a la hora de acercarse a los comedores. También se sumó el Observatorio de Datos Socioeconómicos de la UNaM, que permitió sistematizar la información del primer año de trabajo.
Gracias a ese trabajo colectivo, pudieron relevar datos sobre infraestructura, disponibilidad de servicios y líneas de inclusión social con jóvenes de los barrios. “Techo tenía obviamente una mirada más habitacional de esto. Foro ODS era un trabajo más orientado a incluir a los jóvenes, el trabajo social y así cada uno de los actores fue aportando, aparte de generar esta información para las cocineras”, contó Borboy.
La primera etapa de la toma de datos se realizó en dos zonas y, a futuro, proyectan continuar relevando comedores en una segunda etapa que comienza en noviembre. Estará centrada en Gran Posadas y se extenderá por otros dos años.

Cocinar en solidaridad
El relevamiento en los comedores fue el germen para generar nuevos datos, pero también para empezar a tejer conciencia sobre la importancia de su trabajo entre las cocineras que cada día tienen a cargo estos espacios de asistencia alimentaria, que muchas veces también son de contención social.
Los datos del informe muestran que el 85% de los referentes a cargo de comedores comunitarios son mujeres y que menos del 20% de esas trabajadoras recibe una remuneración por la tarea realizada. Además, un 43% se considera como ama de casa, contra un 20% que lo hace como cocinera.
Mientras se estaba realizando el relevamiento, se formó la Red de Cocineras Comunitarias, que desde entonces trabaja para seguir recolectando datos, pero también para visibilizar el trabajo que realizan. Hasta ahora, lograron que se establezca el 7 de julio como el Día Municipal de la Cocinera Comunitaria y la creación de un programa de formación destinado a quienes cumplen ese rol.
“Es bueno porque las va identificando y ya van detectando eso. No es solamente cocinar para mi familia, para mi barrio. Lo van tomando como un oficio y esto es sumamente importante para poder generar un reconocimiento salarial, que no es una locura, ocurre y se está trabajando desde hace mucho en otros países”, aseguró Borboy.
Sin embargo, ser cocinera, tener oficio y derechos garantizados hoy no es una realidad. El referente de Alimendar contó que en términos laborales muchas cocineras de larga trayectoria viven “una realidad muy, muy cruda”. “Fueron aportando con su acción y de repente no tienen una jubilación, una pensión. Estamos hablando de que quedan absolutamente en el aire”, completó.
“Están superados por la realidad”
Haciendo un balance después de dos años de trabajo, Borboy consideró que el escenario que atraviesan hoy los comedores es el de presupuestos que no alcanzan, pero también de sostenimiento a partir de la autogestión.
De acuerdo al informe, el 70% de estos espacios funciona en el hogar de su referente a cargo y un 76% recibe donaciones para sostener la asistencia. Apenas un 15% recibe financiamiento desde la Nación, por intermedio de Capital Humano, contra un 35% de financiamiento provincial, un 15% municipal y otro 35% de fuentes varias, como ONGs, fundaciones, empresas y otras entidades.
“Es una escena donde están superados por la realidad, sin dudas ha habido diferentes ajustes, donde (el presupuesto) obviamente no alcanza porque es algo similar a lo que ocurrió en pandemia, donde encontramos más gente tratando de ir, anotándose. Hay gente que está en lista de espera dentro de los comedores para poder asistir”, describió el referente.
La solidaridad y la autogestión son las dos claves para continuar ofreciendo asistencia en ese contexto.“Existe un ambiente muy solidario y tratamos de que cada donación, cada alimento o cada búsqueda del mismo sea bien aprovechada y bien gestionada para que puedan no solamente ser alimento, sino también que sirva como herramientas para la autogestión”, cerró Borboy.









