No hay maternidad perfecta, pero todas dejan huella. Cada madre, en su singularidad, escribe en la vida de sus hijos un legado que trasciende las palabras y los gestos cotidianos. La maternidad no es un molde único. Es un entramado de presencias y ausencias, de aciertos y errores, de abrazos y silencios. Es esa marca invisible que llevamos adentro, que se activa cuando repetimos una frase que escuchamos en casa, cuando cocinamos como ella, cuando doblamos una remera como ella lo hacía, o cuando nos descubrimos cuidando a otros con la misma ternura o la misma firmeza que alguna vez recibimos.
En estos tiempos en que los modelos impuestos todavía presionan con imágenes de madres incansables, perfectas, sonrientes y sin grietas, vale la pena recordar que lo que más se graba en nuestros hijos no es la prolijidad de nuestras agendas ni la apariencia de una vida impecable. Lo que deja huella es haber estado, haber mirado de verdad, escuchado y acompañado aun sin saber las respuestas.
La maternidad también es herencia compartida. Somos el eco de las que vinieron antes: nuestras madres, abuelas, tías, madrinas, vecinas que hicieron red cuando fue necesario. Y también somos semilla de lo que vendrá: en cada palabra, en cada límite, en cada gesto de amor, dejamos un legado que no se mide en perfección, sino en humanidad.
Quizás de eso se trate este día, de honrar las huellas que recibimos y reconocer las que estamos dejando. De mirarnos con compasión, sin exigencias irreales, y celebrar que, con todo lo que somos y con todo lo que nos falta, seguimos tejiendo el vínculo más profundo y transformador que existe: el de una madre y sus hijos.
Gracias mamá por la ternura y los silencios, por las advertencias a tiempo, por los abrazos que todavía me sostienen y por enseñarme, sin decirlo, que el amor es simple y generoso. Gracias también a mis hijos, por convertirme cada día en una mejor versión de mí misma, por invitarme a aprender, a desaprender y a amar sin garantías. Porque al final, ser madre es eso: una historia de amor que nunca termina de escribirse. Feliz Día a todas las que dejan huella.
Dra. Valeria Fiore
Abogada-Mediadora
IG: valeria_fiore_caceres








