La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) dio a conocer una guía actualizada sobre sueño seguro con el objetivo de reducir el riesgo de Muerte Súbita e Inesperada del Lactante (MSIL), una tragedia que en 2023 se cobró la vida de 73 bebés en el país. Los últimos datos oficiales disponibles revelan que las muertes infantiles domiciliarias representaron el 11,1% del total de los fallecimientos en niños de entre un mes y un año.
La MSIL se define como el fallecimiento repentino de un bebé menor de un año que no presentaba síntomas previos y cuya causa permanece incierta antes de una investigación forense. Según la SAP, la prevención es fundamental y comienza con prácticas seguras desde el primer día.
La recomendación más importante es que los bebés duerman siempre boca arriba. La posición de costado no es segura, ya que facilita que el niño rote y quede boca abajo. El lugar más seguro es una cuna ubicada en la misma habitación que los padres o cuidadores, al menos durante los primeros seis meses de vida, pero sin compartir la cama.
El documento pone especial énfasis en los peligros del colecho (compartir la cama con el bebé). Un estudio nacional reveló que esta práctica estaba presente en el 69,2% de los casos de muerte infantil domiciliaria analizados. El riesgo de muerte súbita aumenta más de 10 veces si la capacidad de alerta de los padres está disminuida por cansancio extremo, consumo de alcohol, sedantes o drogas. También se desaconseja firmemente si la madre fumó durante el embarazo, si la superficie es blanda (como un sofá o colchón que se hunde) o si alguno de los padres es obeso.
Para garantizar un entorno seguro, la cuna debe tener un colchón firme y plano, sin almohadas, chichoneras, peluches ni ropa de cama suelta como colchas o edredones. Los especialistas advierten que elementos como nidos de contención o dispositivos para mantener al bebé inclinado (“huevitos” o sillas de auto) no son seguros para el sueño prolongado.
Otro factor de riesgo determinante es la exposición al humo del tabaco. Fumar durante el embarazo o en el ambiente donde vive el bebé altera el mecanismo natural de despertar del lactante ante una falta de oxígeno, lo que puede ser fatal.
Por el contrario, la guía destaca dos factores protectores clave: la alimentación con leche humana y el uso del chupete una vez que la lactancia está bien establecida, ya que ambos disminuyen el riesgo de muerte súbita.
Finalmente, la campaña de la SAP hace un llamado a comprometer a profesionales de la salud, medios de comunicación y fabricantes de productos infantiles para que las recomendaciones sobre sueño seguro se conviertan en una norma social y contribuyan a evitar más muertes prevenibles.





