El oficial Juan Alberto García Tonzo fue condenado este miércoles a 21 años de prisión por el crimen de Bastián Nehemías Escalante Montoya, el niño de 10 años asesinado de un disparo cuando salía de un club en Wilde, en julio de 2024.
La sentencia fue dictada por la jueza María Angélica Sayago del Castillo, del Tribunal Oral en lo Criminal N° 4 de Avellaneda, quien también dispuso 10 años de inhabilitación para que el acusado pueda ejercer como policía, desempeñarse en seguridad privada o portar armas de fuego.
El veredicto se conoció luego de que un jurado popular encontrara culpable a García Tonzo por los delitos de “homicidio agravado con arma de fuego” —por la muerte de Bastián— y “tentativa de homicidio con el uso de arma y exceso en la legítima defensa” por los disparos realizados contra cuatro motochorros que habían intentado robarle su moto minutos antes.
“Estamos satisfechos con la condena. Junto con la fiscal del caso, la doctora Mariela Montero, más el acompañamiento de la Comisión Provincial de la Memoria, hicimos un trabajo minucioso para determinar que García Tonzo fue el responsable de asesinar a Bastián. Ahora vamos a evaluar el pedido de traslado a una cárcel alejada de su lugar de residencia para que cumpla su condena”, declaró Matías Morla, abogado de la familia del niño.
En su fallo, de 34 páginas, la jueza Sayago del Castillo exhortó al Gobierno provincial y al municipio de Avellaneda a brindar atención médica, psicológica y psiquiátrica gratuita e inmediata a la familia de la víctima. Además, ordenó implementar una medida simbólica de reparación, como la colocación de una placa conmemorativa o el renombramiento de un espacio público en la zona donde ocurrió el crimen.
Asimismo, instó al Gobierno bonaerense a reforzar la capacitación policial en Derechos Humanos, uso racional de la fuerza y manejo de situaciones de estrés o enfrentamiento, tal como había solicitado la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) durante los alegatos.
La jueza también consideró las últimas palabras de García Tonzo, quien manifestó su arrepentimiento, aunque lo calificó como un gesto “meramente formal”. “Ni sus palabras ni su cuerpo aparecieron sinceros”, sostuvo en el fallo, y agregó que el informe psicológico del acusado reflejaba “una limitación en su implicación afectiva” y la falta de empatía tras el hecho.
El crimen ocurrió la noche del 10 de julio de 2024, cuando Bastián regresaba en bicicleta de jugar al fútbol, acompañado por su madre. En ese momento, cuatro ladrones en dos motos intentaron robarle la Bajaj Rouser NS 200 al policía García Tonzo, que se encontraba de civil y de franco. El oficial disparó varias veces con su arma reglamentaria y dos proyectiles impactaron en el niño, que murió en el acto.
Inicialmente, el policía fue liberado por la jueza Estela del Carmen Mollo, quien consideró que había actuado en legítima defensa. Sin embargo, tras la apelación presentada por los abogados de la familia Escalante, la medida fue revocada, y García Tonzo llegó detenido al juicio que culminó con la condena.
El fallo marca un precedente judicial en torno al uso del arma reglamentaria fuera de servicio y reabre el debate sobre la responsabilidad policial en situaciones de violencia urbana.








