Tantas cosas hicimos de niños que nos llenaban de felicidad porque nos desconectaban del mundo para llevarnos a uno en el que solamente nosotros podíamos estar, que ahora la neurociencia nos invita a retomar.
Los juegos didácticos, los rompecabezas, las charlas y luchas con nuestros muñecos, todo eso que disfrutábamos en soledad y nos hacía sentir acompañados, protegidos, nos daban seguridad y atención, todo puede volver y con más conocimiento como la escritura consciente.
Necesitas escribir un diario, es casi una acción imperiosa que demanda este tiempo para conectar-te, conectar con tu Self (YO). Esa conciencia de uno mismo como un individuo único, con una identidad y características distintivas.
Cuando escribimos un diario podemos reconocernos con nuestros pensamientos, nuestras reacciones que nos llevarán a detectar programas que solamente nosotros utilizamos y que creamos para vivir en comunidad.
Hay días en que ocurren un montón de sucesos que requieren de nuestra atención plena, que nos mantienen en alerta, que tuvimos que resolver problemas, que atendimos a dos o tres personas, cada una con una problemática diferente y luego que un coche nos frenó de pronto y casi chocamos, y así se fueron dando los hechos que nos dejaron mentalmente sumidos en un caos.
Si bien relajamos con un matecito tranquilizándonos, o con un tecito, hasta una cervecita al final de la jornada, pero nuestro cerebro no se detiene.
Durante la noche todos esos sucesos serán decodificados por el cerebro, estará analizando todos los ruidos, sonidos, expresiones, alteraciones, programas emitidos, todo y más, porque necesita seleccionar y reordenar para que al día siguiente podamos volver a empezar sin mayores complicaciones.
Muchas veces, lo que la ciencia advierte es que la mecánica y actividad cerebral necesita más tiempo para lograr el orden, pero son pocas horas de sueño y no llega a ser del todo reparador para la mente.
El diario
Acá viene la parte interesante y sumamente alentadora de por qué necesitamos tener un diario.
Escribir sobre lo que nos pasó en el día alivia el estrés, reorganiza ideas y te acerca a tu propio Yo.
Alivia porque la descarga se realiza en el papel, todo lo que la mente acumuló ahora está entre líneas. A medida que se van hilando las historias y secuenciando el día, ya el cerebro va comprendiendo los hechos. Por ejemplo, por qué nos pusimos nerviosos cuando nos encontramos con tal persona y era quizás porque esa persona trajo una mala noticia.
A medida que la persona va escribiendo su diario avanza en su interpretación. Incluso despierta su creatividad porque un día durante una charla informal alguien mencionó un tema muy interesante para generar un proyecto.
Hábito placentero
El diario no necesariamente tiene que ser utilizado a diario como su nombre lo indica, tiene que ser un hábito posible como todos los martes escribiré, pero sí cuando la jornada amerita porque fue un día de múltiples actividades y sucesos, merece sí ese auto regalo.
Placentero porque es solamente tuyo, porque nadie puede opinar ni intervenir con sus “peros, objeciones, opiniones, miradas ni supuestas críticas constructivas”. Nadie más que uno mismo con su Yo mismo (Self).
Es el proceso dinámico de la suma de pensamientos, emociones, sensaciones y percepciones que forman tu experiencia, única, propia. Y eso va ocurriendo mientras la birome se desliza con sus líneas que dan forma a palabras convertidas en ideas, se forman las imágenes mentales y todo es un proceso muy dinámico.
La construcción que se da en tu vida, esa que irás creando conscientemente porque desearás llegar al punto final con satisfacción y alegría porque encontraste una respuesta o varias, estarás en constante construcción, con la diferencia que al día siguiente irás a vivir tu vida con nuevas herramientas, tus experiencias y relaciones con los demás tendrán un significado. El placer del triunfo, el placer del guerrero que conoce su camino, que sabe cómo actuar frente al enemigo, que esquivará y enfrentará cuando cada momento lo requiera.
Eso es escribir un diario, es abrazarse y llorar, dándonos palmadas con palabras de consuelo, ideando sueños y gestando próximas aventuras que podrán estar escritas con fibras de colores y que también podrán ser sellos, recortes, fotos que nos recuerden nuestro compromiso con nosotros, con la familia, con el grupo de amigos.
De lo práctico y profundo
Para que las neuronas se reorganicen, debemos organizarnos para llevarlas a crear nuevas conexiones y nuevas perspectivas sobre problemas, ideas y sentires.
Elige un cuaderno, dale valor a lo material y al contenido. Define un horario y comienza a escribir, vuelca tus pensamientos, sentimientos, emociones, describe lugares y experiencias. No busques la perfección, cuanto más libres dejes salir las palabras es mejor para disfrutar realmente del proceso.
Como no hay reglas sobre qué escribir, puedes hablar sobre lo que se te ocurra, pueden ser preocupaciones del día, sueños, o simplemente: “fui a tal lugar, el día estaba soleado”, o lo que sea.
Un detalle es que al finalizar releas el contenido que te parecerá profundo o muy simple. Sin juicios, con mucho cariño porque es tu Yo profundo el que se está expresando.
Cuanto más respetes sus palabras, las del Self, más crecerás, más conectarás, más te comprenderás y mayores beneficios aparecerán. Con el pasar de los días estimularás la imaginación, sentirás la relajación y te descubrirás siendo esa persona que te gusta ser. No habrá mentiras, te dirás verdades y te gustará porque en tu desnudez encontrarás tu mejor versión. ¡Manos a la obra!
Escribir a mano y sus beneficios
Sin importar la calidad de tu escritura, el acto de escribir ya genera importantes beneficios tanto para la salud física como mental y espiritual. Con el pasar de los días verás que tu estado de ánimo ya no es el mismo, tus niveles de estrés bajan y los síntomas depresivos o de tristeza disminuyen.
En un estudio de 2005 sobre los beneficios de la escritura expresiva, los investigadores descubrieron que escribir entre 15 a 20 minutos por día, durante los cuatro meses de duración del estudio, era suficiente para marcar la diferencia.
Además, como te adelantamos, irá conectando con tu ser más profundo algo que te llevará no solamente a la autocomprensión sino también a desarrollar la intuición, esa que se palpita cuando estamos conectados con la fuente divina. La escritura a mano permite que el cerebro se tranquilice, deje afuera los ruidos externos y se permita una mayor conexión interior.
Al escribir sobre tus pensamientos los verás más claramente y podrás cambiar tu forma de pensar si es que está frenando tus avances.
Las relaciones sanas se pueden lograr desde la empatía, pero cómo sentirla si no somos empáticos primero con nosotros mismos.
Vuelca cada día las broncas, define con detalles eso que te enojó o perturbó, simplifica tu día. Al cerrar tu diario sentirás cómo tu cuerpo está más liviano, tu mente más abierta y todo será como menos difícil.
Lo que hacemos con las circunstancias es lo que nos define y si te notas equivocando el camino podrás retomarlo desde otra mirada, más compasiva.
Desde la neuroplasticidad verás que la escritura diaria activa múltiples áreas del cerebro, formando nuevas conexiones neuronales. Mejora la memoria y el recuerdo.
Fomenta el pensamiento crítico y las habilidades de autorreflexión. Ayuda a gestionar las emociones y aumentar la autoconciencia. Ayuda en la recuperación de lesiones cerebrales y la salud mental.
Por Rosanna Toraglio
Periodista
BioPsicoTerapeuta Consultas: [email protected]








