El hombre acusado de asesinar a la enfermera Irene Elvira Medina (61) en Puerto Esperanza fue imputado ayer en forma preventiva por femicidio. Fue en el marco de la indagatoria ante el juez de instrucción 3 de Puerto Iguazú, Martín Brites, señaló un vocero del caso.
En la ocasión el sospechoso optó por declarar ante el magistrado, donde habría dicho no saber quién mató a la víctima y recordar en forma fragmentada el día del hecho, admitiendo que venía consumiendo crack desde unas 72 horas antes. No obstante, Brites le hizo lectura de la acusación en su contra y le informó que continuará arrestado hasta que se resuelva en forma definitiva su situación procesal.
El delito por el cual fue imputado contempla la prisión perpetua para quienes son hallados culpables en un eventual juicio oral y público.
El cuerpo de Medina fue encontrado el viernes a la noche en Puerto Esperanza. Presentaba “traumatismos graves en el rostro, con fractura de huesos que incluyeron la parte frontal de la calota craneal”. Pero lo que provocó su deceso fue la “rotura de vértebras cervicales”, todo producto de una golpiza, según el examen forense que llegó a manos del magistrado que sigue la investigación de la causa.
La mujer se desempeñaba como cuidadora del padre del sospechoso en la vivienda ubicada en el barrio Villa Nueva de la citada localidad, la misma zona donde ella residía. El viernes 26 por la tarde la mujer salió de su casa a cumplir sus labores. Al llegar la noche, su hija de 21 años notó que no había regresado. Le envió mensajes a su celular y también la llamó, pero no obtuvo respuestas. La joven acudió a la comisaría a pedir ayuda e indicó a los efectivos dónde quedaba el domicilio.
Cuando dialogaron con el hijo del hombre al que cuidaba Medina, ese viernes a las 22, los policías percibieron su nerviosismo y solicitaron al Juzgado una orden para poder ingresar a la casa. En ella no encontraron a la mujer, pero cuando salieron al patio y revisaron con linternas un terreno baldío lindante, encontraron su cuerpo sin vida, boca abajo, al lado de una torre con tanques de agua.
Durante la indagatoria de ayer, el acusado habría afirmado que ese viernes “consumió crack”, que lo venía haciendo desde el miércoles pasado e incluso no había comido nada. Dijo que “escuchó que los perros ladraban dentro de la casa, y seguro que era ella (por Medina), pero no vio cuando salió, que estaba en su pieza consumiendo”.
Agregó que “la señora hacía las curaciones en la habitación de su papá. A eso de las 22 (del viernes) se presentaron los hijos de la señora, también estaba un vecino de al lado. Los salió a atender, pero les dijo que no sabía de ella. Después llegó su hermano con la policía”.
El hombre aseguró que “no sabía el nombre de la mujer y que ella trabajaba de lunes a sábado en la casa”. Con respecto a las marcas similares a rasguños que tenía en el rostro, dijo que “no se acuerda y no sabe quién o cómo se las produjo”. Ante la pregunta directa si sabe quién mató a la mujer, respondió que “no” y que tampoco sabe quién llevó el cuerpo al lugar donde lo hallaron. Por último, dijo que “sí recordó haber ordenado los trofeos en la casa (uno tenía manchas que serían de sangre) pero que eso fue por la mañana del día del hecho”.









