El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) lleva adelante en Misiones un proyecto innovador junto a pequeños productores y cooperativas de mandioca y yerba mate que apunta a mejorar la producción agrícola y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
“Se buscó primero un producto hortícola porque los fondos venían con esa orientación y se eligió a la mandioca, pero como acá (por Misiones) tenemos muchos puntos fuertes con la yerba mate, entonces también pudimos incorporarla”, señaló a PRIMERA EDICIÓN el licenciado en Economía e investigador del INTA Emiliano Lysiak, al frente de la iniciativa.
El especialista en agronegocios agregó: “Trabajamos para medir y disminuir la huella de carbono en cultivos centrales de la región. La idea final es que el productor intente algunas mejoras para producir más, pero a la vez mejorar el manejo del medio ambiente”.
Actualmente lograron involucrar a alrededor de 70 pequeños productores, la mayoría nucleados en alrededor de diez cooperativas de distintos puntos de Misiones y Corrientes, entre las cuales mencionó las de Montecarlo, Colonia Liebig y Alvear.
“Cuando vos tenés un suelo más fértil, genera lo que se llama una captura de carbono, entonces vos reducís tu huella de carbono, aumenta la producción y cuidas el medio ambiente”, precisó a lo largo de la charla mientras exhibía los gráficos a los que están llegando.
“Ahora estamos en la medición y la implementación de algunas mejoras”, dijo aunque reconoció que aún no hay datos finales.
“Todavía no tenemos una medición final, sí, de la huella de carbono, porque necesitamos de un software para eso, pero ya se implementó la mejora y la idea es tratar de mejorar la fertilidad del suelo. El proyecto dura cuatro años, estamos a la mitad y recién al final vamos a tener realmente los resultados de la mejora que se está implementando”.

Búsqueda de una reducción
Para que el concepto quede claro, el economista y máster en agronegocios definió de manera sencilla qué es la huella de carbono: “Cuando uno hace cualquier actividad económica, usa combustible, usa el camión, usa un fertilizante, usa un agroquímico, hace algún manejo del suelo, genera emisiones al ambiente. El combustible, la degradación del suelo y demás. Y esas emisiones se miden mediante un software. La idea es tratar de que esas emisiones sean lo más mínimo posible”.
En esa línea, Lysiak dio ejemplos concretos para dimensionar: “Por ejemplo en el té ya lo tenemos medido y nos dio más o menos un kilo y un kilo, es decir por cada kilo de té se produce un kilo de emisiones”.
No obstante el experto aclaró que no todos los cultivos generan el mismo nivel de gases: “Generalmente son más los intensivos, como la ganadería, y otros donde el uso fertilizante es grande. La yerba no emite tanto; el arroz y la carne, son producciones que emiten mucho más”.










