Septiembre abrió paso a la estación más colorida del año y con ella volvió la costumbre de renovar los jardines, sumar vida a los espacios y elegir flores como obsequio. En Posadas, los viveros y florerías registran un movimiento particular: mientras algunos clientes buscan plantas grandes y resistentes para enfrentar las temperaturas del verano, otros se concentran en una tendencia que domina la temporada: comprar flores amarillas para regalarlas a su “amor verdadero”.
“El mes de la primavera siempre marca un repunte en las ventas y que, pese a la situación económica, la estrategia de sostener precios y acompañar con promociones está dando resultando”, explicó a PRIMERA EDICIÓN, Sergio Alberto Aranda, del vivero Los Arándanos,
“Ahora justamente estamos con promociones de plantines, la situación del país está difícil y hacemos un gran esfuerzo desde el vivero para que sean alcanzables para cualquier bolsillo”, comentó.
A su vez, el hombre dio como ejemplo la oferta de tres plantines por $3.000, cuando cada uno por separado cuesta $1.500. “La gente aprovecha y se lleva variedad. Eso nos da mayor rotación y permite que podamos seguir produciendo. La idea es que quien quiera tener lindo su jardín o hermosear los espacios del hogar pueda hacerlo sin gastar de más”, sostuvo Aranda.
El productor señaló que este año los clientes se volcaron con más fuerza a plantas grandes y resistentes, pensando que las temperaturas son cada vez más extremas.
“El verano pasado nos castigó demasiado. Con temperaturas altísimas, cualquier plantita se cocina. Entonces muchos prefieren especies que aguanten todo el año”, explicó; sin embargo, aseguró que también, con las plantas “está el costado emocional”.
“La situación está complicada y una planta no es una primera necesidad, pero sí lo es para el alma y la belleza. Siempre digo a los clientes que acá no se gasta plata, acá se invierte. Es mucho menos que una sesión de psicólogo y funciona como un cable a tierra”, remarcó al referirse a la jardinería.

La delantera
Entre lo más demandado en este inicio de temporada Aranda mencionó azaleas, coronita de novia, rosas -recién en floración- y el cuaresmero, un árbol ornamental muy popular en Brasil. Los precios oscilan entre $1.000 y $2.500 para plantines individuales, mientras que las especies más costosas son las orquídeas, entre $30.000 y $45.000.
En paralelo, la florería Flowers, a cargo de María Delia Bogado, vive un mes de intenso movimiento marcado por un único color: el amarillo: “Desde que empezó septiembre, los chicos vienen buscando sus flores amarillas. Todo es amarillo, particularmente este mes. Prácticamente no se vende otro color: margaritas, rosas, girasoles. Y si no hay amarillo en stock, las pintamos de amarillo con colorantes florales que se disuelven en agua”.
“Hace dos años que se instaló esta moda y no solo vienen adolescentes; también adultos que quieren regalar flores amarillas”, agregó Bogado. Los precios en el local se mantienen en un rango competitivo: una varita de begonia cuesta $4.000, los girasoles y las rosas rondan los $7.000, mientras que las gerberas se consiguen desde $2.000. Las orquídeas, en tanto, llegan a $40.000.






