El 88% de las mujeres no está conforme con su cuerpo: conductas compensatorias, baja autoestima y diagnóstico tardío en los TCA
Dialogamos con la licenciada en Psicología Diana Ricca sobre los trastornos de la conducta alimentaria y las formas en que afectan tanto física como emocionalmente a quienes los padecen.
Ricca explicó que se trata de “una solución incorrecta que encontró la mente para solucionar a un problema” y que suele estar vinculada a una angustia interna, que se expresa de manera dañina hacia el cuerpo.
La profesional mencionó que el 95% de los casos de trastornos de la conducta alimentaria corresponde a mujeres y que un estudio realizado en Latinoamérica indicó que “el 88% de las mujeres no están conformes con su cuerpo”. Agregó que estas problemáticas “no tienen que ver con la salud sino con el castigo”, al referirse a conductas como el ejercicio compulsivo llevado a cabo luego de ingerir ciertos alimentos.
Señaló además que “solo el 5% de las personas con trastornos alimentarios tiene un cuerpo que a simple vista se asocia con la enfermedad”. Indicó que es importante prestar atención a frases como “comí demás, ahora no voy a comer por dos días” o “mañana tengo que correr el doble” como posibles señales de una relación disfuncional con la comida y el cuerpo.
Consultada sobre cómo acompañar a una persona cercana que pueda estar atravesando uno de estos trastornos, Ricca explicó que es necesario observar los cambios de conducta y no quedarse con la idea de que solo afecta a personas extremadamente delgadas. Y que puede tratarse de “nuestra hermana, una amiga, una tía”.
Ricca destacó que “se puede salir de esto” y que, aunque durante el proceso puede tener recaídas, existen tratamientos posibles.
Muchas veces estas pacientes se decepcionan consigo mismas y abandonan el tratamiento, y después vuelven. Es normal tener recaídas, pero no están condenadas.
Es importante recordar que el camino hacia la recuperación de la autoestima es un proceso continuo. Se necesita paciencia, autocompasión y, a veces, ayuda profesional.
El primer paso es darnos cuenta tenemos este problema, y que nos está afectando nuestra vida diaria. Buscar ayuda o al menos comenzar a poder hablarlo es el inicio para empezar a trabajar en la solución.
No tenés que ser como nadie, no te compares, no te midas con otras mujeres, sos perfecta así tal cual sos. Tu belleza radica en tu esencia, en tu inteligencia, en tu bondad. No permitas que la mirada de otros defina tu valor, y trabajemos para que nuestra mirada sea cada día más compasiva y amorosa con nosotras mismas.
Luciana Amado Siry
Espacio Wellness
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