La colectividad Portuguesa llegó a una nueva edición de la Fiesta Nacional del Inmigrante con renovaciones en su casa típica y con una propuesta gastronómica que apuesta a resaltar los sabores más auténticos de su tierra. Así lo adelantó su presidente, Hugo Viera, quien además reflexionó sobre la importancia de recuperar y mantener vivas las tradiciones lusas en la provincia.
“Estamos a full, tratamos de arreglar un poco más la casa como para el verano. La idea era abrir el salón de arriba como principal, aunque todavía está en construcción. Igual lo mejoramos un poco: pusimos ventanas y una puerta provisoria, de manera que el espacio sea más acogedor y cálido”, explicó.
En la cocina, el gran protagonista será el bacalao, un ingrediente emblemático de la gastronomía portuguesa. “Este año incorporamos tres platos típicos que no veníamos ofreciendo: los bolinhos, el bacalao à brás y el bacalao à Gomes de Sá”, detalló Viera, destacando que la intención es ampliar la variedad y dar a conocer sabores que forman parte de la identidad cultural del país europeo.
Pero más allá de la infraestructura y la gastronomía, el dirigente puso el acento en la tarea cultural de fondo: el rescate de las costumbres portuguesas que, según reconoció, se fueron diluyendo con el paso del tiempo en la región. “Estoy con el rancho folklórico, el ballet de la colectividad, desde 2008. Son 17 años rescatando y contagiando a la gente de nuestra cultura. El rescate tiene que ver con la comida, los postres, las bebidas, porque muchas costumbres portuguesas se perdieron en esta zona”, expresó.
En ese sentido, Viera explicó que la colectividad se vio atravesada por un proceso de mezcla cultural con otros grupos de inmigrantes. “La costumbre portuguesa acá se mezcló mucho con la del ruso, con la del alemán, con la del nórdico. Esa fusión hizo que se pierdan algunas prácticas propias, y lo que tratamos de hacer es rescatarlas”, señaló.
Con esa convicción, la colectividad Portuguesa no solo se prepara para recibir a miles de visitantes durante la Fiesta, sino que también reafirma su compromiso con la preservación de una identidad cultural que busca mantenerse viva, transmitiéndose a las nuevas generaciones a través de la danza, la música y, sobre todo, la mesa compartida.







