El riesgo país de Argentina superó este lunes los 1.000 puntos, mientras las acciones argentinas que cotizan en Wall Street se desplomaron hasta un 15%, tras la contundente derrota del partido de Javier Milei, La Libertad Avanza (LLA), en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires. Este resultado electoral aumentó las dudas existentes sobre la viabilidad del programa económico impulsado por Milei y su ministro Luis Caputo.
Los ADRs (American Depositary Receipts) argentinos mostraron fuertes bajas en la previa a la apertura del mercado neoyorkino, con Grupo Financiero Galicia liderando las caídas con un 15%, seguido de cerca por Edenor, BBVA Argentina, Pampa Energía y Supervielle, todas con pérdidas superiores al 12%. El resto del panel también registró caídas significativas, reflejando el clima de incertidumbre generado por los resultados electorales.
El aumento del riesgo país se relaciona directamente con la caída en el precio de los bonos de la deuda pública argentina, que sufrieron una fuerte depreciación tras conocerse la derrota de LLA. Pese a que el presidente Milei reafirmó su compromiso con el rumbo económico planteado, los inversores temen que el gobierno podría verse obligado a aumentar el gasto público, comprometiendo su capacidad para cumplir con los pagos de los vencimientos de deuda.
La preocupación de los mercados ya había comenzado a manifestarse en jornadas anteriores a los comicios, cuando el indicador de riesgo, medido por JP Morgan, superó los 900 puntos, un aumento esperado por los analistas en caso de una victoria del peronismo por más de 10 puntos de diferencia. Este salto refleja el temor de que la derrota de Milei complique la implementación de su programa económico neoliberal.
Aunque la elección que definirá la conformación definitiva del Parlamento Nacional está pactada para el 26 de octubre, el resultado en Buenos Aires fue tomado como una señal clara para el mercado. El escenario político planteado augura desafíos importantes para Javier Milei, dificultando su intención de mantener una política económica “market-friendly” en un contexto de creciente desconfianza e incertidumbre financiera.
Fuente: Agencia de Noticias NA/ Ámbito Financiero









