A veces creemos que invertir es solo una cuestión de dinero o negocios, pero con el tiempo comprendemos que hay una inversión que siempre da frutos y es la que hacemos en nosotros mismos. Invertir en tu crecimiento, en tu bienestar y en tu propósito no es un lujo, es una necesidad. Porque cuando te elegís, todo alrededor empieza a ordenarse de otro modo. No se trata de egoísmo ni de dejar a otros de lado, se trata de reconocer que para dar lo mejor tenés que estar bien, sentirte bien y conocerte mejor.
Ser tu mejor inversión significa aprender a cuidarte sin culpa, animarte a crecer, aunque duela y tomar decisiones alineadas con lo que querés construir. El crecimiento personal no se mide por títulos o logros visibles, se nota en la paz con la que actuás, en la claridad con la que respondés ante los desafíos y en cómo gestionás tus emociones incluso cuando todo se vuelve difícil.
Para comenzar ese camino hay herramientas simples pero poderosas. La primera es la autoobservación diaria, dedicar al menos cinco minutos para notar cómo estás, qué sentís, qué necesitas, sin juzgarte. Solo conectar con vos. La segunda es poner límites sanos, porque respetarte también es una forma de cuidarte. Decir que no, cuando algo no te hace bien, también es invertir en tu bienestar. Y la tercera es invertir en tu aprendizaje, ya sea leyendo, haciendo un curso, escuchando a alguien que te inspire o simplemente probando algo nuevo que te saque de lo habitual. Cada paso en esa dirección te fortalece.
La inversión en vos no depende de otros ni de grandes recursos. Comienza con una decisión de elegirte cada día, cuando invertís en vos, no ha perdidas, hay nuevas posibilidades tanto de plenitud y satisfacción profesional.
Nancy Calderón
Coach The John C. Maxwell
Whatsapp 3764293817





