El deterioro de las rutas nacionales se convirtió en una de las principales preocupaciones del sector del transporte de cargas en Misiones.
Gabriel Silva, presidente de la Cámara de Empresarios Misioneros del Autotransporte de Carga (CEMAC), advirtió que la falta de mantenimiento y de inversiones pone en riesgo tanto la actividad económica como la seguridad de quienes circulan por los corredores más utilizados.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, el empresario explicó que en los últimos meses se percibe un desmejoramiento constante en las principales arterias del país. Indicó que “no hay mantenimiento, no hay mejora, no hay inversión en la ruta” y sostuvo que si la situación no cambia de manera urgente se generará un escenario crítico.
Para Silva, el problema no se limita a la incomodidad de los transportistas sino que tiene consecuencias directas en la vida de las personas, ya que un vehículo liviano puede perder el control al caer en un bache y provocar siniestros graves. En referencia a los corredores que atraviesan Misiones, el dirigente señaló que la ruta nacional 12 y la 14 todavía presentan condiciones relativamente aceptables si se las compara con otras de la Argentina. Sin embargo, alertó que de mantenerse la falta de obras preventivas “van a terminar destruidas” porque existe un tránsito intenso y creciente.
El titular de CEMAC remarcó que los camiones terminan circulando por la calzada destinada a los automóviles debido al deterioro del carril pesado, lo que genera aún más riesgos.
Silva describió con preocupación lo que ocurre en la ruta 14, donde en algunos tramos solo se puede utilizar un sector de la autovía. Aclaró que esta realidad provoca que los transportistas se vean obligados a compartir el mismo espacio con autos particulares.
“El lado que le corresponde a los camiones está totalmente destruido y los camiones van por el lado de los autos”, aseguró.
El empresario insistió en la necesidad de implementar un plan de conservación preventiva. Explicó que cuando las deformaciones aparecen en el asfalto y no se reparan a tiempo, los problemas se multiplican. Se generan cráteres y hundimientos que producen daños en neumáticos y pérdidas económicas, además de la posibilidad de accidentes. Señaló que los días de lluvia la situación se complica porque se forman charcos que dificultan la conducción y generan un efecto de hidroplaneo.
Consultado sobre las gestiones de la cámara para visibilizar la situación, Silva afirmó que en forma permanente se plantean estas problemáticas en los ámbitos correspondientes.
Destacó que la federación que nuclea a las entidades provinciales mantiene mesas de trabajo en las que se expone la necesidad de obras. Sin embargo, aclaró que hasta el momento las respuestas no alcanzaron el nivel de urgencia que la coyuntura requiere.
Circulación de bitrenes
El representante del sector consideró positivo que se haya habilitado la circulación de bitrenes en la mayor parte de la red vial. Reconoció que la medida ayuda a reducir los costos de traslado, aunque advirtió que sin infraestructura en condiciones se corre el riesgo de agravar los daños. Explicó que antes la normativa prohibía el tránsito de estas unidades en casi todas las rutas salvo las habilitadas, mientras que ahora el esquema se invirtió y se permite salvo en los tramos restringidos.
En el caso de Misiones, puntualizó que el corredor desde Iguazú hasta Buenos Aires ya estaba autorizado, por lo que la modificación no representa una diferencia sustancial. De todas formas, insistió en que el desarrollo del transporte de cargas requiere de un sistema integral en el que la infraestructura sea confiable.
En ese contexto, propuso avanzar en la duplicación de la ruta nacional 12 más allá de Loreto hasta alcanzar Puerto Rico y luego Iguazú. También sugirió que en el corto plazo se incluyan más terceras trochas en los sectores de mayor complejidad geográfica, lo que permitiría una circulación más segura y ordenada.
Licencias
Además de la situación de las rutas, Silva se refirió a las dificultades que atravesó el sector a partir de la desregulación del sistema de licencias profesionales. Recordó que meses atrás se produjo un cuello de botella que complicó las renovaciones y la habilitación de choferes, lo que derivó en demoras prolongadas.
No obstante, destacó que la situación ya se normalizó.
Impacto de la crisis
El panorama del transporte de cargas en Misiones no puede separarse de la situación crítica que atraviesan las economías regionales. Silva explicó que la actividad de las empresas de logística depende de manera directa de lo que producen y exportan sectores como la forestoindustria, la yerba mate, el té o el tabaco. Cuando esas cadenas sufren caídas, los camiones permanecen inactivos.
El presidente de la Cámara de Empresarios Misioneros del Autotransporte de Carga reconoció que “si no hay nada para mover, estamos todos parados”. Señaló que los transportistas son un eslabón dentro de un engranaje mayor y que la demanda de fletes se desploma en la misma medida en que disminuyen las cosechas, las ventas o la producción industrial. En particular, remarcó que la crisis de la forestoindustria los está golpeando.






