Hay momentos en los que sentimos que nada afuera encaja, que el ritmo del día nos lleva puestos y que perdemos el eje sin saber muy bien por qué. Nos preguntamos qué está fallando o qué necesitamos cambiar, y muchas veces salimos a buscar respuestas en lo externo. Pero la verdad es que todo comienza en nuestro interior.
Ahí es donde nace la claridad, la fuerza, la motivación, incluso la paz. El punto de partida no es lo que sucede, sino cómo lo vivimos, y eso tiene que ver con el espacio que nos damos para mirar hacia adentro.
Conectar con uno mismo no es algo mágico ni complicado, pero sí requiere intención y constancia. No se trata de aislarse del mundo sino de elegir momentos para volver al centro, escuchar lo que sentimos y ordenar lo que pensamos. A veces no hace falta una gran transformación, sino pequeños hábitos que nos recuerden que somos protagonistas de nuestro propio bienestar. A continuación te comparto tres herramientas simples pero poderosas que pueden ayudarte a comenzar desde dentro.
La primera es la pausa consciente
Muchas veces vivimos con el piloto automático encendido, reaccionando más que eligiendo. Hacer una pausa de apenas dos minutos, cerrar los ojos, prestar atención a la respiración y registrar cómo estás, puede cambiar el rumbo de tu día. Es un ejercicio tan sencillo como detenerte y observarte sin juicio. Esa pequeña pausa te devuelve presencia.
Herramienta es la escritura reflexiva:
No hace falta ser escritor, basta con tomar un cuaderno y escribir lo que tenés adentro. Describí cómo te sentís, qué estás necesitando, qué cosas te están haciendo bien y cuáles te están drenando. Al hacerlo, no solo descargás emociones, también encontrás claridad y tomás distancia de lo que te confunde. La palabra escrita tiene el poder de ordenar lo interno.
La conexión con lo que te nutre pueden ser cosas pequeñas:
Caminar, leer, regar una planta, cocinar algo rico, conversar con alguien que te escuche de verdad. Lo importante es que lo hagas con conciencia, sabiendo que ese momento te recarga. No todo lo que nos rodea nos nutre, por eso elegir con intención qué permitís que entre en tu mundo es una forma de autocuidado.
Volver a vos no es egoísmo, es una forma de empezar bien. Cuando estás en paz con lo que sos, cuando aceptás tus procesos y te escuchás con respeto, lo de afuera empieza a ordenarse solo. No es magia, es coherencia. Todo lo que querés construir, todo lo que soñás lograr o cambiar, empieza por un algo sencillo pero profundo mirar hacia dentro y animarte a empezar desde ahí.
Nancy Calderón
Coach The John C. Maxwell
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