Hoy se cumple una semana del hallazgo de restos óseos en Colonia Pindaytí, sobre los cuales la Justicia tiene fundamentos para sostener que estos pertenecían a Mirta Marciana Rodríguez (45). Acerca de lo que pudo suceder con ella que estaba desaparecida desde mayo, su expareja está sospechado de haberla asesinado. Ayer fue indagado por el juez.
Según fuentes consultadas por este Diario, el hombre de 42 años fue trasladado al Juzgado de Instrucción 1 de Oberá a cargo de Pedro Benito Piriz y fue puesto en conocimiento acerca de la investigación, con detalles acerca de por qué se lo vinculaba con la desaparición y muerte de la mujer de 45 años.
El sospechoso se abstuvo de declarar acerca de los hechos por los que se lo sindicaba como autor. Fue imputado en la causa por el delito de “homicidio agravado por haber sido cometido contra la persona con la que ha mantenido una relación de pareja” (femicidio).
Este hombre de profesión changarín, que entre otras labores se dedicaba a la tarefa, permanece detenido mientras prosigue la etapa de recolección de pruebas acerca de lo ocurrido con Mirta Rodríguez.
Se prevé que de aquí en adelante declaren los familiares, el que era la pareja actual de Mirta, y otros testigos que fueron registrados a medidas que avanzaron las averiguaciones.
El pasado miércoles 14 en horas de la mañana, la Unidad Regional XI de la Policía de Misiones, informó acerca de restos óseos encontrados en la zona de Colonia Pindaytí, a 200 metros de la ruta provincial 9 y entre vegetación que se encontraba a la vera de una plantación de té.
Había cabellos, huesos de extremidades y un cráneo, pero faltaba el torso. También hallaron prendas femeninas, un pasaje de colectivo, una medallita y un calzado. Las muestras fueron remitidas a la Morgue Judicial de Posadas para intentar determinar la causa de muerte de esa persona que hasta ese momento no se sabía quién podía ser, pero ya había sospechas.
Los estudios forenses descartaron fracturas o signos de disparos pero no podían determinar la causa de muerte, puesto que faltaban partes blandas. Por ello no se descartaba que la hubieran estrangulado o atacado con un arma blanca.
A su vez le tomaron muestras de ADN a los familiares de Mirta, con la intención de confirmar con un estudio si se trata de ella.
Los datos que recogieron los investigadores indicaban que la mujer era extorsionada por una expareja, quien le exigía dinero.
El 20 de mayo pasado fue la última vez que la vieron. Dijo a sus allegados que iba a sacar plata del cajero y viajar a 25 de Mayo a llevárselo a su madre.
Los pesquisa supieron que ella se bajó del colectivo en Colonia Pindaytí. Al menos dos cámaras de seguridad de un supermercado y otro establecimiento la tomaron cuando ingresaba por una calle de tierra lateral a la ruta 9. En esas inmediaciones, posteriormente la policía halló los restos.
Otro dato que trascendió de la investigación y que complica a su expareja, es que ese día, le pidió al capataz que lo llevara hasta la ruta, aunque a unos 1.500 metros del lugar donde descendió Mirta. Para la Justicia, como hipótesis, pactó un encuentro con ella.
Otra prueba que tomaron en cuenta para sindicarlo como autor, es que cuando allanaron la casa que ocupaba en la chacra donde trabajaba, encontraron el DNI de Mirta y una tarjeta de débito, entre otros elementos.









