El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, fue objeto de una fuerte amenaza por parte de Irán. Ali Larijani, cercano al líder supremo ayatollah Ali Jamenei, advirtió: “Una vez que termine la guerra, nos ocuparemos de Grossi”.
Esta tensión surge luego de que el OIEA emitiera un informe denunciando que Irán no estaba cumpliendo con sus compromisos internacionales sobre el programa nuclear. El organismo solicitó al régimen islámico respuestas “sin demora” respecto a rastros de uranio encontrados en sitios no declarados como instalaciones nucleares.
Grossi explicó que en su informe señalaba dos puntos clave: “Irán no estaba cooperando con la agencia como debía hacerlo” y que el país estaba enriqueciendo uranio hasta un 60%, lo que representa “un paso técnico corto de los niveles de grado armamentístico”. Además, denunció que el acceso a los centros nucleares estaba siendo restringido.
A pesar de no contar con “ninguna prueba tangible de que Irán haya pasado a la fase de fabricar un arma nuclear”, Grossi advirtió que “no estaba lejos” de hacerlo. Durante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, insistió en que no hay indicios de fabricación de armas atómicas, pero alertó sobre los riesgos de atacar sus reactores nucleares, especialmente la central en Bushehr.
El régimen iraní reaccionó con indignación y presentó una queja formal ante el Consejo de Seguridad de la ONU, acusando a Grossi de violar el principio de imparcialidad. En una carta, el representante iraní Saeed Iravani afirmó que las declaraciones del jefe del OIEA “violaron clara y gravemente el principio de imparcialidad” y evidencian “un incumplimiento constante de los estándares de neutralidad, objetividad y profesionalismo requeridos”.
Larijani reiteró que harán “pagar” a Grossi sus declaraciones, aunque aclaró que será “una vez que termine la guerra”. Aunque ninguna otra figura del gobierno iraní respaldó públicamente estas palabras, se cree que cuentan con el visto bueno de Jamenei.
Cabe mencionar que Irán había acordado en 2015 limitar el enriquecimiento de uranio y permitir inspecciones internacionales, pero tras la salida de Estados Unidos del acuerdo, continuó con el enriquecimiento, lo que motivó la denuncia del OIEA y la escalada de la crisis.
Fuente: Diario Perfil









