El régimen de Irán confirmó este sábado los ataques contra tres de sus principales instalaciones nucleares, en lo que representa una nueva y preocupante escalada de tensiones en Medio Oriente. La ofensiva fue atribuida directamente a Estados Unidos, luego de que el propio presidente Donald Trump anunciara la operación como un “ataque exitoso” contra el programa atómico iraní.
Entre los objetivos alcanzados se encuentran las plantas de Fordow, Natanz y Esfahán, consideradas centros neurálgicos en el proceso de enriquecimiento de uranio del régimen de Teherán. En un comunicado oficial difundido por la agencia estatal IRNA, se detalló que “cuando se activaron las defensas aéreas de Qom y se identificaron objetivos hostiles, parte del sitio nuclear de Fordow fue atacado por enemigos”. La televisión estatal también habló de “bombardeos enemigos”, aunque no se brindaron precisiones sobre daños ni víctimas.
El bombardeo a Fordow reviste una fuerte carga simbólica y estratégica, ya que se trata de una planta subterránea altamente protegida, construida bajo una montaña y presuntamente reforzada con tecnología rusa. La agencia citó además al vicegobernador de Esfahán, Akbar Salehi, quien confirmó ataques en los alrededores de los sitios nucleares de esa provincia.
La confirmación oficial desde Washington llegó en la noche del sábado. A través de su red Truth Social, Trump escribió que “Fordow ha desaparecido” y sostuvo que “una carga completa de bombas fue lanzada en el sitio principal”. Aseguró además que todos los aviones involucrados en la operación “están a salvo, de regreso a casa”.
“Felicitaciones a nuestros grandes guerreros americanos. No hay otro ejército en el mundo que podría haber hecho esto. ¡Ahora es el momento de la paz!”, publicó el mandatario republicano, que también calificó la ofensiva como “un momento histórico para los Estados Unidos de América, Israel y el mundo”.
En los últimos días, trascendió que el gobierno de Israel habría presionado a la Casa Blanca para que tomara una decisión firme frente al estancamiento de las negociaciones nucleares con Teherán. Aunque Trump había anticipado que se tomaría al menos dos semanas para definir su postura, el despliegue de bombarderos B-2 hacia la base aérea de Guam ya había encendido las alertas sobre una posible ofensiva inminente.
Con este ataque, Washington busca frenar el avance del programa nuclear iraní, que sigue siendo motivo de preocupación internacional, especialmente tras el colapso del acuerdo de 2015. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con tensión los próximos movimientos, ante el temor de una reacción directa por parte del régimen persa.
Fuente: Agencia de Noticias NA








