
El Turismo Carretera desembarcó nuevamente en la tierra colorada y con él llegan las mejores historias del deporte motor. PRIMERA EDICIÓN recorre en el Autódromo Rosamonte y tras dialogar con los presentes se encontró con Geraldine y Brian, una pareja de Bernardo de Irigoyen, que contó cómo el rugir de los motores fue testigo de una propuesta de casamiento y el nacimiento de una familia fanática de Chevrolet.
La pareja se comprometió en el autódromo local: “Sí, acá en el autódromo, hace dos años, en 2023, fue la propuesta de casamiento. Nos casamos ese mismo año. Nuestra fiesta fue toda temática de Chevrolet, de carreras, de fierros. Fue con toda la familia”, relató Geraldine con una sonrisa, mientras señalaba la bandera de su equipo favorito ondeando en el campamento.
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Como muchos fanáticos, esta pareja armó su tradicional carpa para vivir el fin de semana del TC en Posadas, pero con un valor agregado. Allí nació su historia de amor, y también fue donde empezaron a construir su familia.“De ese amor nacieron estas gordis”, dijo Brian, abrazando a sus hijos. “Este gordo ya estaba desde antes, y nuestras gemelas vinieron después. El año pasado vinimos a la carrera cuando ellas tenían 12 días de nacidas. Y bueno, acá estamos, seguimos viniendo”.
La pasión por el automovilismo, y especialmente por el TC y la marca Chevrolet, atraviesa a toda la familia. “Es muy fuerte”, aseguraron. Más allá de los autos y la velocidad, para ellos el Turismo Carretera representa una tradición que los une. “Es hermoso compartir esto en familia, y que se dé así, como una anécdota que va a quedar para siempre”, dijeron emocionados.

Este fin de semana volvieron al mismo lugar donde todo empezó, para revivir esa historia y sumar nuevas anécdotas. Con sus hijos, su bandera de Chevrolet y el corazón lleno de recuerdos, Geraldine y Brian son el ejemplo de que el TC no solo se vive, también se ama.







