Ahmad Vahidi, funcionario iraní con pedido de captura internacional por la justicia argentina en el marco de la causa por el atentado a la AMIA de 1994, fue designado como nuevo comandante interino de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, una de las estructuras militares más poderosas del régimen persa.
Vahidi asume el cargo en reemplazo del general Hossein Salami, quien, según reportes de medios israelíes, habría muerto en un reciente ataque atribuido a Israel contra instalaciones militares y nucleares en territorio iraní. En el mismo contexto, Irán también habría reemplazado al comandante de sus Fuerzas Armadas, tras la presunta muerte del general Mohammad Bagheri, designando en su lugar a Habibollah Sayyari.
El nombramiento de Vahidi adquiere especial relevancia para Argentina, ya que el funcionario figura desde hace años en la lista roja de Interpol por su presunta participación en el ataque a la sede de la AMIA, que dejó 85 muertos y más de 300 heridos en Buenos Aires. La investigación encabezada por el fallecido fiscal Alberto Nisman lo señala como uno de los participantes en la reunión en la que se decidió ejecutar el atentado.
En aquel momento, Vahidi era comandante de las Fuerzas Al-Quds, la unidad de operaciones exteriores de la Guardia Revolucionaria. Según diversos informes judiciales y de inteligencia, esa estructura fue clave en la planificación del ataque, cuya ejecución se habría delegado a la Jihad Islámica del Hezbollah libanés.
La Unidad de Información Financiera (UIF) de Argentina también vinculó en 2017 a Vahidi con la organización del atentado, señalando que junto con Moshen Rezai integraba un reducido grupo que evaluó y aprobó el ataque en reuniones de inteligencia del régimen iraní.
El funcionario también es considerado uno de los terroristas más buscados por Estados Unidos, que lo incluyó en sus listas de sanciones y vigilancia.
El nombramiento de Vahidi se da en medio de una creciente tensión en Medio Oriente y podría reavivar los reclamos internacionales por justicia en la causa AMIA, que lleva más de tres décadas sin condenas firmes.
Fuente: Noticias Argentinas












