En el marco de una estrategia integral que articula biodiversidad, innovación y soberanía alimentaria, Misiones consolida una nueva apuesta productiva: el cultivo y la recolección sustentable de hongos comestibles y medicinales. Esta semana se realizó la tercera reunión de la Mesa de la Funga Misionera, coordinada por el Ministerio del Agro y la Producción, con la participación de productores, investigadores, técnicos y referentes institucionales.
El encuentro, desarrollado en articulación con el Instituto Misionero de Biodiversidad (IMiBio), profundizó los lineamientos estratégicos para desarrollar una cadena productiva basada en la funga local. El cultivo de hongos es visto como una oportunidad concreta para diversificar las economías rurales con bajo costo de inversión, alto valor agregado y fuerte compromiso ambiental.
“Es un claro ejemplo de que es posible construir soberanía productiva a partir de nuestras fortalezas locales, generando oportunidades reales para pequeños productores, emprendedores y comunidades”, afirmó el ministro del Agro, Facundo López Sartori.
La producción fúngica, que puede utilizar residuos como aserrín o cáscara de arroz, se enmarca en un modelo de economía circular y agroecológica. Además de su valor gastronómico, los hongos tienen propiedades medicinales y aportan nutrientes esenciales, lo que refuerza su potencial como alimento funcional.
Desde el Ministerio del Agro destacaron que esta política pública pionera se alinea con una visión de desarrollo que prioriza el equilibrio ambiental, la inclusión social y la valorización del conocimiento local. “La funga nos permite pensar un desarrollo productivo distinto. Es un paso más hacia una Misiones con mayor diversidad productiva y soberanía alimentaria”, señaló el subsecretario de Planificación, Leonardo Amarilla.
Durante la reunión, se expusieron avances en tres ejes clave: investigación e innovación, desarrollo productivo y promoción del consumo. La Lic. Andrea Torres subrayó el trabajo articulado con instituciones educativas, como las Escuelas de la Familia Agraria, las agrotécnicas y la Universidad Nacional de Misiones: “Buscamos formar productores, recolectores y técnicos que desarrollen este sector con conocimiento y responsabilidad”.
Por su parte, Maximiliano Rossi, subsecretario de Biotecnología, remarcó la importancia de conectar el sistema educativo con los circuitos productivos para fortalecer una política de largo plazo. “Queremos que los estudiantes se formen para luego producir desde la chacra”, expresó.
La agenda de capacitaciones comenzará en julio y se extenderá hasta noviembre, con talleres y espacios formativos en escuelas agrarias, municipios y organizaciones comunitarias.
El impulso político es claro: la Cámara de Representantes de Misiones declaró 2025 como el Año de la Concientización y Promoción de la Funga Misionera, un gesto institucional que visibiliza el trabajo y habilita nuevos apoyos para el sector.
La Mesa de la Funga se consolida así como un espacio de articulación concreta, donde confluyen saberes tradicionales, ciencia aplicada y políticas públicas. “Cuando hablamos de funga, no hablamos solo de hongos: hablamos de conocimiento, de trabajo digno y de una provincia que se anima a innovar desde su propia selva”, concluyó López Sartori.








