Alertan sobre el aumento del consumo problemático de sustancias en Puerto Rico, situación que se evidencia con mayor fuerza en algunos barrios periféricos y vulnerables como barrio Municipal, el Rigosol, Caacupé, La Cantera, el barrio Puerto y San Alberto. “En estos barrios es común ver adolescentes y jóvenes bajo los efectos de sustancias deambulando por las calles. Y cada vez se observan más chicos en esta situación o al menos más vecinos que alertan sobre ello”, indicó en diálogo con PRIMERA EDICIÓN el concejal Christian Irschick (PRO) de esta localidad.
Según indicó, “no es un problema nuevo pero sí se está acentuando. El problema más grave es que los gobiernos municipal y provincial no saben cómo resolver esta situación que, claramente, no es nada fácil. Es necesario implementar políticas reales efectivas”.
El edil recordó que “en Puerto Rico no hay centros de desintoxicación, los únicos son los de Eldorado y Posadas. Si bien las iglesias se ocupan del tema a su manera, creo que es salud pública la que debería dar respuestas”.
“Hay un proyecto, pero puede tardar años”
Recordó que en el Concejo Deliberante de Puerto Rico solo son dos concejales de la oposición (PRO) y “hace más de un año planteamos al intendente la necesidad de hacer algo pero no vemos una reacción o respuesta. Sí hay un proyecto de que, cuando salga el hospital nuevo que se está construyendo, el edificio viejo del hospital quede como centro de día para prevención y asistencia de adicciones pero hasta que se termine el nuevo hospital pueden pasar otros cinco años”, aseveró.
Tal como ocurre en el resto de la provincia, Irschick indicó que en Puerto Rico “la población más afectada son jóvenes. Las madres piden ayuda… hay casos extremadamente graves, como una familia donde la madre es la que vende”.

El concejal cuestionó la falta de información estadística sobre lo que ocurre en la zona con el consumo de sustancias problemáticas, “los funcionarios locales de salud pública no proveen información porque seguramente no tienen datos estadísticos de nuestra zona o, si los tienen, no los comparten por miedo a quedar mal o exponerse ante sus jefes. Por esa razón, todo queda en la superficie, se hace mucho pamento por un par de charlas que dan sobre drogadicción en las escuelas y en algún CIC”.
Indicó que una familia de Puerto Rico que tenga a un familiar con problemas de consumo problemático “acude ante un cuadro de sobredosis o cuando ya no pueden más al hospital, donde quedan internados uno o dos días, hasta estabilizarlo y darle el alta con un tratamiento y seguimiento ambulatorio”.
“Se ve un aumento del consumo”
Según confirmó en su momento la gerente asistencial del Hospital de Puerto Rico, Paola Fantin, “el aumento del consumo problemático se observa en las consultas por guardia… incluso algunas veces ingresan por guardia para pedirnos ayuda y esto es muy llamativo, hay que rescatar la valentía de estos pacientes para pedir ayuda”.
Según detalló, el consumo problemático más recurrente en Puerto Rico es el alcohol, seguido del consumo de marihuana, cocaína y pedra.
Precisó que cuentan con varios puntos de atención de pacientes con consumo problemático de sustancias, “tenemos un equipo interdisciplinario en el CIC donde se hace la escucha, también en la Dirección Municipal de Salud Mental donde se hacen algunas intervenciones a través de los Centros de Atención Primaria de la Salud y también el hospital de área donde contamos con psiquiatra y psicólogo donde realizamos internaciones y, en caso de ser necesario, el seguimiento y tratamiento del paciente”.





