Hace 26 años, en junio de 1999, un joven fue condenado a prisión perpetua por el homicidio de un remisero cometido junto a un cómplice. Cuando transitaba la última parte de la condena ya en libertad, cometió un abuso sexual y ahora cumplirá una nueva pena por este último delito.
Se trata de Abel Ramón Nuñez Da Silva (49), quien tenía fecha de juicio en el Tribunal Penal de Oberá el pasado 14 de mayo, pero decidió declararse culpable y firmó un juicio abreviado.
Estaba detenido desde septiembre del 2023, por la denuncia en la comisaría de Campo Grande de parte de la madre de una menor de 8 años.
Nuñez Da Silva había cumplido más de 20 años de prisión y le fue otorgado el beneficio de la libertad condicional en el 2021 hasta que se diera por cumplida la pena, es decir los 25 años dictados en la sentencia.
Comenzó a convivir con la mujer y su pequeña hija y en momentos en los que él quedaba solo con la menor empezó a abusar sexualmente de ella.
Si bien fue radicada la denuncia en septiembre, la investigación del caso determinó que los ultrajes comenzaron en marzo de ese año.
Con la investigación por ese hecho clausurada, el expediente fue elevado a debate y antes de la fecha en la que debía sentarse en el banquillo, aceptó un acuerdo ofrecido por la fiscalía para abreviar el juicio.
Junto a su defensor, se declaró autor penalmente responsable por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal, agravado por ser cometido contra una menor, por la convivencia y por ser encargado de la guarda”.
El acuerdo de pena fue de 15 años de prisión y el mismo fue presentado a las autoridades del Tribunal. Tras analizarlo, dieron el aval al acuerdo, lo homologaron y así formalizaron la sentencia.
Robo y homicidio en 1998
Abel Ramón Nuñez Da Silva y Jorge Carballo, de 22 y 34 años respectivamente en aquel entonces, habían cometido un raid delictivo que comenzó en Jardín América y culminó en Bernardo de Irigoyen.
En la madrugada del 21 de marzo de 1998, ambos llegaron a la remisería Tabay y pidieron un viaje.
En ese momento un remisero lavaba su unidad y les dijo que en ese momento no iba poder. Pero el destino hizo que llegara Roque Manuel Nuñez a bordo de su Fiat Duna, quien accedió a llevarlos.
El destino que habían expresado los malvivientes era la localidad de Capioví, pero apenas salieron a la ruta 12 el dúo comenzó a finiquitar su plan.
Asesinaron a Roque Nuñez de un disparo que le ingresó por detrás de la oreja izquierda.
Descartaron el cuerpo en Capioviciño y siguieron hasta Eldorado, donde perpetrarían un robo en una estación de servicio.
Al empleado le sustrajeron la suma de 400 pesos y si bien uno le gatilló dos veces, el arma se trabó. El joven se salvó de milagro y tras la huida de los forajidos avisó a la policía.
El alerta se había irradiado en la zona norte en busca de esos ladrones. Habían escapado por la ruta 17 y al llegar al cruce con la ruta nacional 14 los aguardaba un móvil policial.
Le hicieron señas para que detuvieran el vehículo pero arremetieron el retén y escaparon, desatándose una persecución. Los balazos que impactaron en la rueda del Fia Duna, hizo que se detuvieran y corrieran hacia el monte, huida cubierta a tiros contra los policías. Nuñez Da Silva fue el primer capturado, puesto que recibió un disparo en una pierna.
Horas antes de todo esto, los colegas de Roque Nuñez se preocuparon porque él no volvía y avisaron a la policía. Su cuerpo lo encontraron en horas de la mañana.






