Mujeres y docentes. Los abusos sexuales, maltrato reiterado y las amenazas de un padrastro a los hijos de su pareja, fueron frenados en septiembre de 2022 por la reacción inmediata de autoridades y maestras de la Escuela 354 “General San Martín”, que respondieron al pedido de ayuda de uno de sus alumnos y denunciaron los delitos contra la integridad sexual que padeció una niña desde que tuvo 7 años.
Poco menos de tres años después, ante el fiscal del Tribunal Penal 2 de Posadas, Vladimir Glinka, el acusado e investigado como autor, reconoció su culpa y estampó su firma en un acuerdo de juicio abreviado que lo tendrá durante los próximos catorce años en prisión e intentando su resocialización.
Según el expediente y los puntos centrales que PRIMERA EDICIÓN tuvo acceso, fue en septiembre de 2022 cuando un alumno de 14 años del establecimiento educativo mencionado contactó a una maestra y a la directora para solicitarles ayuda porque su hermana de 12 años atravesaba la persecución, maltrato y abusos sexuales del padrastro, sin que su madre pudiera saberlo porque tenían la boca sellada por el miedo a que la matara.
“Si le contás a tu mamá va a ser peor, la voy a lastimar a ella”, fue la frase coincidente de las víctimas cuando pudieron declarar en Cámara Gesell y que surgieron y replicaron en la vivienda de un barrio de Montecarlo (este Diario se reserva la precisión) primero y luego en colonia Guaraypo.
La denuncia en la Comisaría de la Mujer de Montecarlo se concretó rápidamente y fue acompañada por el relato de la madre de los niños afectados.
Las voces de las víctimas fueron judicializadas en Puerto Rico y la causa elevada a debate en 2023.
Se resaltó de la niña de 12 años que desde que tenía 7 comenzó a sufrir los manoseos genitales por parte de su padrastro. Los episodios fueron agravándose y los abusos se convirtieron en ultrajes con acceso carnal extremos, entre ellos obligarla al sexo oral.
Todos los actos habrían ocurrido cuando su madre se encontraba fuera de las viviendas en las que convivieron en Montecarlo.
El último ataque se registró el 13 de septiembre de 2022 y fue cuando los hermanos retornaron de la escuela y el hombre que debía cuidarlos le ordenó a la niña de 12 años a ir a alimentar a los chanchos al chiquero.
En ese sitio la sorprendió y volvió a violarla para luego reiterarles las amenazas de muerte para lograr su silencio.
El expediente fue caratulado y elevado a debate oral como “abuso sexual simple agravado por la situación de convivencia, varios hechos indeterminados en concurso real”, todos previstos y penados por el artículo 119 primer párrafo en función del cuarto párrafo inciso F y del quinto párrafo, en función del artículo 55 del Código Penal Argentino”.
La causa estaba a punto de ser juzgada ante los jueces del TP-2 integrado por César Antonio Yaya, Gregorio Augusto Busse y Marcela Alejandra Leiva. Pero el encartado aceptó un acuerdo de juicio abreviado con una condena de catorce años en una audiencia de visu realizada ante el fiscal Glinka, hace pocos días, en mayo.





