La mayoría de las personas mayores de 65 años no realiza los niveles de ejercicios recomendados a pesar de los beneficios conocidos para la salud de la actividad física.
Mayor supervivencia
Mejoría de la calidad de vida: por ejemplo, la resistencia, la fuerza, el estado de ánimo, la flexibilidad, la calidad del sueño, la funcionalidad mental.
El ejercicio es una de las maneras más seguras y más eficaces para mejorar la salud. Debido a la disminución de la capacidad física causada por el envejecimiento y los trastornos, que son más comunes entre las personas mayores, las personas mayores pueden beneficiarse del ejercicio más que los jóvenes. El ejercicio ha demostrado beneficios, incluso cuando se inicia de forma tardía.
El entrenamiento básico y modesto de fuerza ayuda a las personas mayores a realizar actividades cotidianas, como subir escaleras, o incluso actividades menos exigentes, como bañarse, vestirse, preparar comidas e ir de compras.
La fuerza disminuye con la edad, y la disminución de la fuerza puede poner en peligro la realización de una vida activa. El entrenamiento de fuerza puede aumentar la masa muscular mejorando de manera significativa la función. Con una mayor masa muscular, un mismo grado de trabajo muscular exige menos esfuerzo cardiovascular. El aumento de la fuerza muscular de las piernas mejora la velocidad al caminar y al subir escaleras. Las personas mayores que hacen ejercicio suelen tener un mejor pronóstico durante una enfermedad crítica.
Antes de comenzar un programa de ejercicios, las personas mayores deben ser evaluadas por sus médicos para detectar trastornos del corazón y limitaciones físicas para hacer ejercicio. Generalmente no es necesario realizar una electrocardiografía (ECG) a menos que la historia clínica o los hallazgos durante el examen físico sugieran un problema.
No suele ser necesaria una prueba de esfuerzo en las personas mayores que planean comenzar a hacer ejercicio lentamente y aumentar la intensidad gradualmente.
Los médicos pueden hacer pruebas de esfuerzo en personas que no son físicamente activas que planean comenzar a realizar ejercicio intenso, especialmente si sospechan que tienen diabetes, un trastorno pulmonar o un trastorno del corazón.
Nunca es tarde para comenzar, siempre será positivo hacerlo. Buscar un espacio cómodo y donde nos sintamos seguros, para activar esa rutina de entrenamiento, que nos permitirá optimizar nuestra calidad de vida.
Luciana Amado Siry
Espacio Wellness
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