
Se aproxima una nueva celebración patria, en la que vamos a conmemorar, la histórica Revolución de Mayo, la cual marcó el inicio del proceso de independencia de Argentina. En esta ocasión tan especial, quiero destacar también la 25ª bicicleteada solidaria que compartimos, destinada a apoyar a las personas más necesitadas de nuestra comunidad misionera. Es un momento oportuno para reflexionar sobre la importancia de edificar una patria basada en los valores de la solidaridad y la fraternidad.
La Revolución de Mayo fue un acto de valentía y determinación de los patriotas argentinos frente al dominio colonial español. Fue el primer paso hacia la creación de una nación libre y soberana, donde todos los ciudadanos vivían en la igualdad y con dignidad.
Nuestros próceres nos dejaron el ejemplo de pensar en “el otro”, más allá de sus propias necesidades, y ese legado hoy nos compromete a seguir trabajando por una verdadera libertad para todos los habitantes de nuestra tierra que aún enfrentan pobreza y exclusión.
Ese mismo espíritu solidario es el que vivimos en la 25ª bicicleteada, donde estudiantes, padres, docentes, empresas y la comunidad de Posadas se unieron para apoyar a hogares y comedores a través de la donación de alimentos no perecederos, entregados como parte de la inscripción al evento.
En momentos de crisis económica, la solidaridad y el amor al prójimo se hacen más necesarios y evidentes.
Este gesto de nuestros niños y jóvenes es un justo homenaje al celebrar una nueva fiesta patria el próximo 25 de mayo. Nuestra libertad se construye desde la comunión y el esfuerzo colectivo, con una mirada inclusiva que no olvida a los sectores más vulnerables. El espíritu de lucha, la determinación y el trabajo en equipo que guiaron a nuestros próceres son un ejemplo para seguir transformando nuestra nación hacia una verdadera libertad.
Nuestro papa León XIV nos inspira a abrirnos a una fraternidad fundada en el amor y la solidaridad, especialmente en un mundo marcado por fuertes polarizaciones y donde “hay poco diálogo y prevalecen las palabras exaltadas, muchas veces las ‘fake news’ y las posturas irracionales de algunos agresores”. Por ello, es esencial que nos convirtamos en “instrumentos de paz y de diálogo para construir puentes de fraternidad universal”.
Aunque han pasado más de 200 años desde que comenzamos a ejercer nuestra libertad, es fundamental mantener vivo el sueño y la esperanza de una nación independiente que enfrenta desafíos como la crisis económica, el desempleo y la pobreza. El sentimiento patriótico nos impulsa a comprometernos y a seguir trabajando con empeño para lograr el desarrollo honesto de nuestra patria, construyendo un país cada vez más democrático, fraterno, libre y justo. Que nuestra fraternidad sea la esperanza para quienes sufren tantas carencias.
Que la fe y la confianza en Dios nos animen a continuar forjando nuestra nación con compromiso y entrega generosa.
Imploramos la intercesión de nuestra Señora de Luján para que proteja a nuestro pueblo y nos ayude a honrar juntos la libertad de esta querida Argentina, asumiendo la responsabilidad de hacerla cada día más grande, libre y justa para todos.





