La forma en que comenzamos nuestros lunes marca el tono de los días venideros. Un inicio lleno de energía positiva no solo mejora nuestro estado de ánimo, sino que potencia la productividad, la creatividad y el bienestar.
Planifica con propósito, antes de que el reloj marque el final del domingo, dedica 10–15 minutos a definir tus metas principales para la semana. Pregúntate: ¿Qué quiero lograr esta semana? ¿Qué actividades me acercarán a mis objetivos personales o profesionales? Anotar tus metas en tu agenda o en una app digital crea un compromiso contigo mismo. Además, al visualizar lo que te espera, reduces el nivel de incertidumbre y miedo al “lunes”, reemplazándolos con una motivación clara.
Cultiva un ritual inspirador, los hábitos matutinos influyen de manera determinante en nuestro estado emocional, puedes incorporar alguna de estas prácticas: movimiento suave: estiramientos, yoga o una caminata de 10 minutos al aire libre. Mindfulness o meditación: tan solo 5 minutos de respiración consciente para centrar tu mente. Lectura breve un fragmento de un libro inspirador o una frase motivadora. Estos pequeños rituales funcionan como un “anclaje” mental, señalando a tu cerebro que es momento de afrontar el día con calma y confianza.
Muchas veces, cambiar la percepción del lunes implica transformar su primer evento, en lugar de revisar correos electrónicos abrumadores, programa ese primer hueco del día para: desarrollar una tarea creativa, tener una breve charla de equipo enfocada en logros de la semana anterior. Realizar un chequeo contigo mismo: revisa tu estado de ánimo y ajústalo si es necesario. Al priorizar algo gratificante o relajante, tu cerebro asocia el inicio de la semana con placer y avance.
Conecta con tu entorno; el optimismo se contagia. Compartir una sonrisa o un “buenos días” genuino con colegas, familiares o amigos potencia la sensación de comunidad y apoyo. Organiza un “lunes de café” virtual o presencial: un espacio de 15 minutos para compartir desafíos y victorias. Utiliza música que eleve tu ánimo, crea una lista de música energizante para empezar tu jornada. La conexión social con amigos y familiares y los estímulos positivos externos refuerzan tu propia motivación.
Un “diario de gratitud semanal”. Dedica un espacio para reflejar, cada lunes, tres aspectos por los que te sientes agradecido. Pueden ser grandes o sencillos: haber descansado bien, la llamada de un amigo, un proyecto en marcha que te apasiona, este ejercicio reorienta tu atención hacia lo positivo, reduciendo la tendencia a centrarte en preocupaciones.
Tu voz interna: el lenguaje que utilizas al hablar contigo mismo moldea tu experiencia, en lugar de decir: “Uff, ¡es lunes!” di hoy tengo la oportunidad de avanzar, empiezo la semana con energía renovada, cada lunes es un nuevo capítulo. Reemplazar pensamientos de derrotas por afirmaciones constructivas fortalece la resiliencia emocional. Ejercicio práctico: esta noche, antes de dormir, escribe tus tres objetivos para el lunes y elige un ritual matutino. Mañana, observa cómo cambia tu percepción del inicio de semana.
Nancy Calderón
Coach The John C. Maxwell
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