Difícil de diagnosticar porque sus signos y síntomas generalmente son similares a los de otras enfermedades, el lupus es una patología crónica que afecta a millones de personas. Es autoinmune, muy grave y va deteriorando de manera progresiva los tejidos del cuerpo.
Un signo típico del lupus es una erupción cutánea roja con forma de mariposa sobre las mejillas y la nariz, por lo general, después de la exposición al sol. La inflamación que causa puede afectar distintos sistemas y órganos del cuerpo, incluso las articulaciones, la piel, los riñones, las células sanguíneas, el cerebro, el corazón y los pulmones.
Pueden padecerla tanto personas jóvenes como adultas y su detección resulta bastante complicada en sus primeras etapas debido a que los síntomas aparecen y desaparecen o pueden ser confundidos con otras patologías.
Frente a ese contexto es que cada 10 de mayo se celebra el Día Mundial del Lupus, una iniciativa que busca generar conciencia sobre la existencia de una enfermedad crónica y grave, que afecta a muchas personas a nivel global y que precisa de atención para brindar una mejor calidad de vida a quienes la padecen.
El seguimiento médico, la medicación para controlar los síntomas, el manejo del estrés y la fatiga y un estilo de vida saludable se erigen como alternativas para su tratamiento.





