“Los cardenales no se conocen entre sí y eso genera más expectativa. Antes era más deducible quién podía ser elegido. Hoy no, porque no se conocen entre ellos como sí lo hacían durante las elecciones de Juan Pablo II, Benedicto y Francisco, por ejemplo”, aseguró desde Roma el sacerdote misionero, Alejandro Nuñez, con la emoción de presenciar un momento histórico: la elección del próximo Papa, tras la muerte de Francisco.
El joven cura eldoradense integrante de la diócesis de Puerto Iguazú, reside en Roma desde el 2023, donde fue a estudiar su licenciatura y en una extensa nota con PRIMERA EDICIÓN describió cómo se vive el cónclave que definirá al sucesor de Francisco; además ofreció una mirada íntima sobre la espiritualidad del momento y del impacto global del nuevo pontífice.
Contó, por ejemplo, que ayer por la mañana se movilizó muy temprano para estar en la misa ‘Para elegir al Pontífice’, que se celebró en la Basílica de San Pedro (foto), que es un rito obligado cada vez que el cónclave se reúne para elegir a un nuevo Papa. Se la celebrará todos los días hasta que los cardenales elijan a un nuevo sumo pontífice católico.
La ceremonia, según explicó, “manifiesta la unidad de la Iglesia en la diversidad del mundo; toda la Iglesia está esperando al nuevo Papa en oración y con ello mantenemos la unidad de la fe en Cristo”, dijo conmovido. Al hablar sobre el cónclave, que empezó pasadas las 13, hora de Argentina, el sacerdote aseguró que la elección papal no es un mero cambio de liderazgo por otro.
“No es una figura más en el mundo, sino el pastor de la Iglesia más grande del mundo”, afirmó. Y luego señaló que la expectativa actual difiere de la del cónclave de 2013.
“Recordemos que en aquel entonces Benedicto aún vivía; hoy la situación es distinta”. Por otra parte destacó que los cardenales que participarán en la elección provienen de regiones antes no representadas, lo cual complejiza el panorama para una elección rápida, había asegurado a este Diario con varias horas de antelación de lo que para él ya era previsible: no habría fumata blanca aún.
Espiritualidad y poder
Respecto al pedido común en la misa en la que participó para pedir por el nuevo pontífice, el sacerdote fue claro: “Pedimos un Papa que responda a las exigencias del mundo, no en el sentido de conformarse a él, sino de dar respuestas a las cuestiones actuales: la guerra, las ideologías, la confusión espiritual”, dijo.
Y luego advirtió sobre los desafíos que aguardan al nuevo pontífice en un mundo lleno de desigualdades, guerras y odio: “Parece que algunos pecados como la avaricia y el odio están creciendo, o al menos tienen más prensa”.
El cura evocó en ese sentido el cruce entre Francisco y Donald Trump como símbolo de la tensión entre la espiritualidad y el poder.
“Trump tiene actitudes provocadoras. Pero Dios suscita personas en momentos históricos que mueven los corazones. Un Papa debe responder también al plano político, sin reducirse a la realidad meramente humana”, dijo enfático.
“Confiamos en la providencia”
El sacerdote Alejandro Nuñez, quien estudia la Licenciatura en Teología Dogmática, se desempeñó como formador de seminaristas en Misiones hasta su traslado a Roma donde se encuentra la Iglesia Nacional Argentina.
Cuando regrese, será el obispo de su diócesis quien determine su destino pastoral. Mientras tanto, en el Vaticano, vive el cónclave como parte de un momento único. “Nos unimos a las Iglesias de todo el mundo. Se siente esa unidad. Es muy lindo”.
Al mencionar el rol de los fieles, remarcó la importancia de la oración que se hace en las misas para pedir por el nuevo pontífice: “En cada intención se menciona al Papa reinante. Ahora pedimos por quien será elegido. La oración es la mayor fuerza, puede ablandar hasta los corazones más duros. Dios escucha, como cualquier padre escucha a su hijo. Uno ve la grandeza de la Iglesia. Las palabras de Jesús a Pedro, que estaría siempre con su Iglesia, cobran vida. Dios asiste a su Iglesia, y aunque no sabemos quién será el próximo Papa, confiamos en la providencia”, dijo confiado.










