El 7 de mayo de 1945, el corresponsal de guerra Edward Kennedy dio una de las noticias más esperadas del siglo y la primicia exclusiva que cualquier medio de comunicación hubiera soñado publicar: la Segunda Guerra había terminado. Inesperadamente, también lo hacía su trabajo en la agencia Associated Press (AP), que lo echó de forma fulminante.
“Reims, Francia. 7 de mayo de 1945. Alemania se ha rendido incondicionalmente al Ejército Aliado y a la Unión Soviética esta madrugada, a las 2.41, hora de Francia. La rendición tuvo lugar en una pequeña escuela que sirve de cuartel general al general Dwight D. Eisenhower”. Así comenzaba la crónica en la que Ed Kennedy narraba en primicia el fin de la II Guerra Mundial.
Era uno de los 17 periodistas que asistió a la rendición incondicional de Alemania ante las tropas aliadas, bajo la exigencia delas autoridades de Estados Unidos y Gran Bretaña de que la noticia no fuera divulgada hasta 36 horas después para que Rusia tuviera tiempo de armar una ceremonia única en Berlín.
El grupo de reporteros juró guardar el secreto. Sin embargo, Kennedy decidió romperlo cuando escuchó la información en una radio alemana a las 14:41. Se dirigió a la Oficina de Censura y avisó de lo que estaba a punto de hacer. “Durante cinco años han justificado que la única razón de la censura era salvar vidas. La guerra ha terminado. Yo mismo he asistido a la rendición. ¿Por qué no debe saberse?”, clamó ante las autoridades.
Una hora después, cuando llegó a su hotel, llamó a la agencia. “Soy Ed Kennedy desde París. La guerra ha terminado. Voy a empezar a dictar”, dijo. Sólo alcanzó a pasar unas 200 palabras. Pero su historia recorrió el mundo y despertó el júbilo tan ansiado.
En Washington, no obstante, la noticia no fue recibida de la misma manera. El Ejército aseguró que el reportero había faltado a su juramento y prohibió a la AP divulgar cualquier información relacionada a la guerra en los 50 días siguientes.
Kennedy, que fue primero reprendido y más tarde echado, sostuvo hasta mucho tiempo después que las razones de esa censura eran políticas y no militares.








