El gobierno libertario de Javier Milei y la Casa Rosada buscan correr el foco. No son solo ataques intimidatorios, es también parte de una estrategia y de una narrativa.
La virulencia que se verificó durante esta última semana del presidente argentino para con el periodismo busca la creación de “una nueva casta” con la que discutir.
Se trata en efecto de un movimiento que pretende a su vez desplazar a la dirigencia política opositora como interlocutora natural.
De esa manera, Milei direcciona sus críticas y señalamientos sobre periodistas y medios de comunicación evitando discutir con líderes de otros espacios políticos.
La estrategia estaría pensada por el asesor todoterreno, Santiago Caputo. Hay quienes señalan que la movida realizada por el asesor con despacho en el primer piso de la Rosada “no es ninguna genialidad”, sino que es un movimiento en el que han incurrido otros líderes con características similares a Milei.
Tal los casos de Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, Georgia Meloni, primera ministra de Italia, o Jair Bolsonaro, expresidente de Brasil. Sin ir más lejos, el mandatario norteamericano, a quien Milei admira, Donald Trump, aplica dicha práctica en Estados Unidos.
Hay también algunas voces en el mundillo libertario que le adjudican la jugada a una encuesta que Caputo habría encargado en enero en la que se realizaba una pregunta sobre la posibilidad de vivir “en un país con un gobierno autoritario que logre buenos resultados económicos”.
“No odiamos lo suficiente a los periodistas”
Milei se dedicó durante la última semana a hostigar a periodista y medios. Se ensañó particularmente con La Nación y con el periodista Carlos Pagni, a quien dijo que llevaría a la Justicia por una supuesta vinculación de su persona con el nazismo.
También publicó supuestos diálogos por chats con periodistas que le reconocen “parte de una estrategia” ejecutada por cronistas de calle “para sacar” a un entrevistado. “MÁS QUE NUNCA No odiamos lo suficiente a los periodistas…”, remató.
El Presidente a su vez compartió un mensaje de Agustín Laje, sobre el “FIN DEL RÉGIMEN DE VERDAD PERIODÍSTICO”. Laje es uno de los principales ideólogos del Presidente y tiene un estrecho vínculo con el empresario del escándalo $LIBRA, Mauricio Novelli.
El influencer Daniel Parisini, más conocido como Gordo Dan, fue un poco más allá y le pidió al Presidente que meta presos a periodistas por decreto y apuntó directamente a Gabriel Levinas y también arremetió contra el economista Roberto Cachanovsky.
En los últimos días se vio cómo se radicalizó toda la tropa digital ligada al mundillo libertario, tanto aquellas cuentas que pertenecen a funcionarios del Gobierno como a inorgánicas.
En la misma línea se expresó Luis “Toto” Caputo. A través de su cuenta de X, el ministro citó un comentario del conductor Jonatan Viale sobre una encuesta de la consultora Zuban Córdoba. La misma afirma que para el 81% el periodismo político sería poco creíble.
A raíz de ese recorte, citado por la cuenta libertaria “Agarra la Pala”, el funcionario expresó: “Esa encuesta no es otra cosa que un anticipo de lo que inevitablemente va a suceder a menos que el periodismo tome nota y cambie: es una profesión que tiende a desaparecer”.
El Presidente nunca se solidarizó ni se hizo cargo del artero ataque que sufrió el periodista Roberto Navarro por la espalda, luego de enviar varios mensajes instando a la sociedad a “odiar” más “al periodismo”.
“Metan preso a algún periodista”
El influencer libertario Daniel Parisini pidió en la red social X que Javier Milei “meta preso a algún periodista por decreto como hizo (Raúl) Alfonsín”, en alusión a lo ocurrido durante el gobierno radical en octubre de 1985.
El comentario generó controversia y respuestas inmediatas que desmintieron su versión de los hechos, ya que la afirmación distorsiona los antecedentes históricos: si bien el expresidente Alfonsín firmó el decreto 2049 en el que ordenó la detención de 12 personas por su presunta participación en un complot golpista, no se trató de una medida orientada contra periodistas por su actividad profesional, sino de una acción de emergencia en el marco de un estado de sitio decretado tras una serie de atentados con bombas y amenazas contra autoridades.
Conformaban esa lista el general retirado Guillermo Suárez Mason, cinco militares más y seis civiles, entre ellos el analista político Rosendo Fraga, el periodista Jorge Vago (de Prensa Confidencial) y Daniel Horacio Rodríguez, del diario La Prensa.
En ese contexto, el Gobierno alegó haber detectado un intento clandestino de generar caos para desestabilizar el proceso electoral, lo que derivó en la instauración del estado de sitio por 60 días.
La respuesta más destacada a las declaraciones del influencer fue la del periodista Gabriel Levinas, quien aclaró: “Nunca fue periodista el detenido por decreto, era un analista político a quien se lo vinculó con un golpe de Estado, hijo de un militar, Rosendo Fraga”.









