De un tiempo a esta parte las siempre relativas encuestas de opinión vienen encendiendo luces amarillas y rojas en el semáforo de popularidad del Gobierno argentino.
En esta instancia del mandato, se multiplican las que advierten que el manejo de la economía no es el esperado o no equivale a los “logros” que el Gobierno dice haber alcanzado. Sin ir más lejos, desde el 1 de marzo pasado el Presidente repite que se cumplieron todas las promesas de campaña (según el sitio especializado Chequeado, las que están avanzadas son las relacionadas con la inflación y las privatizaciones; entre las pendientes están los compromisos sobre el Banco Central, la universidad pública, ordenar el sistema previsional y hacerle cargar el ajuste al Estado, entre otras).
Una de las encuestas más crudas de las que se conocieron recientemente es la que desarrolló Zuban Córdoba, que revela un notorio crecimiento en la desconfianza hacia la administración libertaria. El 53% de los relevados desconfía de la capacidad de Javier Milei de resolver la crisis económica mientras que el 50% cree que la inflación sube. Según la medición, comienza a resquebrajarse la confianza en el rumbo económico del Gobierno nacional.
También hay que decirlo: el estudio señala que el 54,5% de los relevados observa que la oposición no tiene una propuesta para confrontar.





