Tener una huerta en casa no solo es una actividad que puede servir como un pasatiempo, sino que también te permite disfrutar de vegetales frescos y saludables durante todo el año. Es por ello que mayo se presenta como un mes estratégico para sembrar variedades, en una huerta propia, que ofrecen una producción relativamente rápida, ideal para quienes desean disfrutar en poco tiempo del fruto de su trabajo en casa.
La clave está en elegir cultivos que se adapten a las temperaturas más frescas y a los días más cortos. Entre las opciones más recomendadas para una cosecha veloz se encuentran las lechugas. Ya sean de hoja suelta, mantecosa o francesa, estas nobles verduras prosperan en esta época y suelen estar listas para la cosecha en unas pocas semanas.
Pero también se pueden sembrar otras hortalizas de ciclos cortos o medios, ideales para el clima fresco como la acelga, la espinaca, las habas, las arvejas, la cebolla de verdeo, puerro, zanahoria y rabanito. Es buen momento para incorporar coles, repollo, brócoli y rúcula. A esta lista se suman algunas aromáticas esenciales que también se adaptan bien a la siembra otoñal, se trata de el perejil y el cilantro. Estas hierbas frescas, además de ser fáciles de cultivar, realzan el sabor de las comidas.
Preparación del terreno
Para llevar a cabo una huerta propia en casa durante mayo, se debe preparar el terreno abonando la tierra. La incorporación de material orgánico al suelo es fundamental para obtener hortalizas de buena calidad.
El abono es una tarea clave que se debe realizar periódicamente, y este período estacional es adecuado para aplicarlo y comenzar nuevas siembras.
En caso de que todavía no se haya instalado un sistema de riego, es útil pensar en uno por goteo, que puede armarse en forma casera y ayuda a mantener la humedad constante. Cabe remarcar que es importante regar regularmente, pero evitando el exceso. Lo ideal es regar por la mañana, para evitar hongos y permitir que el agua se evapore con la luz del día.
Rotación, abono y siembra escalonada
Para mantener una huerta y productiva, es esencial practicar la rotación de cultivos, alternando especies de diferentes familias para evitar el agotamiento del suelo y minimizar plagas.
Además, se debe aplicar compost o humus de lombriz, lo que permitirá enriquecer el sustrato. La siembra escalonada, es decir, sembrar cada dos semanas, permitirá cosechar de forma continua sin excedentes ni faltantes.
En los últimos años, la tendencia hacia una alimentación más natural y orgánica fue impulsada por el cultivo casero de hortalizas. Por lo que tener una huerta en casa, no solo es una forma efectiva de garantizar alimentos frescos y libres de químicos, sino también una manera de contribuir a una vida más sostenible.
Es importante tener en cuenta también el riego regular, pero evitar el exceso. Lo ideal es regar por la mañana para evitar hongos y permitir que el agua se evapore con la luz del día.
Con respecto a la luz solar, hay que asegurar de que las plantas reciban al menos 4 o 6 horas de sol por día. En otoño, la orientación solar cambia, así que se debe revisar si es necesario mover las macetas o no.
En cuanto al control de plagas, las temperaturas más frescas reducen la presencia de algunos insectos, pero las hormigas y babosas siguen activas. Se recomienda utilizar barreras naturales como ceniza o cáscara de huevo triturada.
Por qué elegir cultivos orgánicos
Consumir verduras y frutas orgánicas ofrece múltiples beneficios para la salud y el ambiente. Estos alimentos están libres de pesticidas y suelen tener un mejor perfil nutricional
Esto es posible también cuando se tiene una huerta propia en el hogar, ya que fomenta las prácticas orgánicas permitiendo mejorar la fertilidad del suelo y promueve la biodiversidad. Es una forma concreta de cuidar la salud y también contribuir a un ecosistema más equilibrado.





