Un día después de la detención de un nuevo sospechoso en Misiones por almacenar y facilitar archivos digitales que contienen abusos sexuales a menores de edad, surgieron más detalles que llamaron la atención de los investigadores policiales y judiciales que intervinieron en el allanamiento a la vivienda en el barrio Miguel Lanús.
“Yo quería ingresar a la Policía o alguna fuerza de seguridad para juntar dinero y comprarme los instrumentos que necesito para hacer música”, citó uno de los pesquisas a PRIMERA EDICIÓN.
Otros ampliaron que el hombre de 30 años aprehendido, se la pasaba entrenando su físico “al máximo y la mayor parte del día” en la casa donde residía con su progenitora y nadie más. Les llamó la atención a los efectivos de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas, a los de la Dirección Investigaciones de la Policía y a los integrantes de la Fiscalía Ciberdelitos, que el ahora detenido no poseía computadoras portátiles (notebooks), tampoco PC y utilizaba dos teléfonos celulares, uno de ellos coincidente con el IMEI buscado.

La investigación tuvo su origen en la notificación remitida por el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados (National Center for Missing and Exploited Children – NCMEC), en la cual se advirtió la existencia de un usuario identificado bajo el nombre “El nuevo milenio”, titular de una cuenta Google, quien presuntamente almacenaba un significativo volumen de archivos de material de abuso sexual infantil (MASI).
A partir de dicha alerta, el equipo de trabajo de la Fiscalía Ciberdelitos desplegó acciones de inteligencia orientada a la identificación de los dispositivos tecnológicos empleados por el imputado, así como también a la individualización de las cuentas de correo electrónico utilizadas como medio de circulación del material denunciado.
Sin oficio ni trabajo
Las fuentes consultadas por este Diario ampliaron que se trata de un hombre que no tenía oficio conocido o trabajo periódico o en relación de dependencia, tampoco cuentapropista. En cuanto a las actividades investigadas se resaltó que utilizaba todas las redes sociales conocidas con dos teléfonos celulares. Mayormente registraba comunicaciones a través de Telegram.
Según las mismas voces, el sospechoso “no salía de la vivienda prácticamente nunca y se entrenaba con ejercicios de calistenia y modalidad funcional”.








