La relación que tenemos con nosotros mismos es la más importante, porque afecta todo lo demás.
A veces nos preocupamos por entendernos con las personas que nos rodean, amigos, pareja, familia, jefes o compañeros de trabajo, tratamos de llevarnos bien, en ocasiones sin mucho resultado y otras sintiendo que, para hacerlo, nos amoldamos demasiado, al punto de no sentirnos bien.
Es importante recordar que nunca le gustaremos a todo el mundo, y está bien que sea así, porque nos aleja de nuestro yo, ya que para agradar a todo el mundo deberíamos amoldarnos a todos los gustos.
La relación más importante es la que tenemos con nosotros mismos, si nuestra relación con nosotros es buena, nos hablamos y miramos bien, nos valoramos, aceptamos nuestras sombras y nos queremos, todo a nuestro alrededor estará bien.
Antes que enfocarnos en “entendernos con el afuera”; la clave está en conocernos y entendernos con nosotros, querernos, valorarnos y aceptarnos. “Como es adentro es afuera” enuncia un gran principio y así es, para agradar a los demás, primero debemos agradarnos a nosotros mismos.
Mirarnos al espejo con amor y decirnos palabras lindas, pasar tiempo con nosotros a solas disfrutando de nuestra compañía. La forma que nos hablamos es muy importante, ¿ante un error nos hablamos con objetividad y amor o lo que aflora es una voz de reto constante y palabras feas?
Aprender a conocernos es el primer paso para agradarnos a nosotros mismos, abrazar las preguntas, esto es tener la práctica de preguntarme todo el tiempo: ¿Lo que estoy haciendo ahora me hace feliz?
¿Qué pienso de esta situación? ¿Cómo me gustaría que fuera? ¿De qué otra forma podría hacerlo?
Conocernos, aceptarnos, valorarnos, cuidarnos y dejar salir nuestro auténtico ser, abandonando la necesidad de agradar al otro; en definitiva, encontrándonos; es como nos encontramos con los demás.
Natalia Moyano
Contadora con
corazón de escritora
[email protected]





