BUENOS AIRES (Agencias y diarios digitales). El Gobierno nacional logró controlar los saqueos registrados durante los últimos dos días en todo el país y que dejaron dos muertos y más de 500 detenidos.Aunque se mantienen los operativos de vigilancia en la mayoría de las provincias del país, la tensión vivida durante el jueves y viernes se redujo y ahora las autoridades sólo esperan que los violentos robos ya no se repliquen.Los saqueos a tiendas y supermercados que comenzaron el jueves en la patagónica ciudad de Bariloche se expandieron luego hacia todo el país y se replicaron en Rosario, la zona metropolitana de Buenos Aires, Tucumán, Misiones, Córdoba, Chaco y Santa Fe.Sólo en Buenos Aires el gobierno reportó la detención de 471 personas que entre el jueves y el viernes trataron de ingresar en grupo en diferentes supermercados y que, al ser repelidos por la Policía, comenzaron batallas con palos y piedras.Las únicas víctimas fatales hasta ahora son una mujer que fue atacada con un arma blanca y un joven de 20 años que fue baleado, en una tragedia registrada en Rosario.Ida y vuelta de acusacionesDesde el mismo jueves, el gobierno denunció que los saqueos fueron instigados por líderes sindicalistas opositores que quería generar un caos social en vísperas de Navidad.El principal acusado fue Hugo Moyano, líder de un sector de la Central General de Trabajadores (CGT) que hasta el año pasado fue un firme aliado de la presidenta Cristina Fernández pero ahora es uno de sus máximos críticos.Sin embargo, Moyano replicó que los saqueos se deben “a la necesidad de la gente” y anunció una demanda en contra de los funcionarios que lo relacionaron con los mismos.En tanto, el líder de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, culpó al Gobierno nacional por los saqueos ocurridos en distintos puntos del país. El gremialista, que había sido apuntado por la Casa Rosada como uno de los responsables de los desmanes, dijo que la administración de Cristina Kirchner no le “prestó atención” a la situación social de algunas zonas del conurbano y que tuvo falta de “previsibilidad”. “Que se hagan cargo de la incapacidad para gobernar”, dijo Barrionuevo, en diálogo con radio Mitre.Mientras el gobierno y Moyano continúan la pelea, diversos sectores sociales, desde la Iglesia Católica hasta los organismos de derechos humanos, salieron a repudiar la violencia.Tal el caso del premio Nobel de la Paz y titular del Servicio Paz y Justicia (Serpal), Adolfo Pérez Esquivel, quien coincidió ayer con la idea de que los saqueos fueron “organizados” y consideró que ante este escenario hay que “apoyar al Gobierno y fortalecer las instituciones democráticas”.Pérez Esquivel manifestó “mucha preocupación” por los episodios que se vivieron en Bariloche, Rosario y varios distritos de la provincia de Buenos Aires, y consideró que se trató de algo “organizado para provocar al Gobierno y generar los mayores inconvenientes a la población”.“Ahí tenemos que tener conciencia de apoyar al Gobierno y fortalecer las instituciones democráticas”, evaluó el titular del Serpaj en declaraciones a FM Milenium, y sostuvo que “habrá que detectar a los culpables y llevarlos a la Justicia”.A pesar de remarcar que los saqueos “no son espontáneos sino que tiene que haber organización” detrás, Pérez Esquivel admitió que “hay zonas con pobreza, con desnutrición” que propician hechos de este tipo y señaló que “hay que ver cómo se manejan algunos planes sociales en el interior del país”.No obstante, consideró que el Gobierno “no tendría que caer en la declaración del estado de sitio” y recordó que “fue lo que hizo Fernando de la Rúa para la misma época y se fue en helicóptero”.“Descontrol social”De su lado, el presidente de la Pastoral Social, Jorge Lozano, sostuvo que detrás de los incidentes hay una mano negra que no está en sintonía con el “ánimo de la mayoría de los argentinos”. Los violentos saqueos realizados en varios puntos del país también encontraron eco en varias de las personalidades de la Iglesia. Una de las voces más duras fue Jorge Lozano, el obispo de Gualeguaychú, quien manifestó a la página web Valores Religiosos que la situación de incertidumbre y desorden producida “no está en el ánimo que la mayoría de los argentinos”.“Parecen ser operativos organizados tendientes a instalar el tema del descontrol social”, sostuvo el titular de la Pastoral Social. En sintonía con sus dichos, el obispo de San Carlos de Bariloche, Fernando Maletti, calificó que los dramáticos hechos vividos en esa ciudad se debieron a “instigadores”, aunque desconoce quienes. “No estoy en capacidad de hacer un análisis de por qué se produjeron estos hechos ni establecer quienes lo instigaron”, reconoció. En su diagnóstico, el religioso marcó que a pesar de “las cosas buenas que en materia social se están haciendo desde el Estado”, se debería profundizar en el área ya que continúa habiendo “miles de jóvenes que hoy están a la deriva y carecen de proyecto de vida”. Maletti caracterizó en radio El Mundo a los desmanes de Bariloche como algo “muy difícil, muy tenso, muy cargado de contradicciones, muy loco”. Y agregó que en ese municipio se vive una suerte de “doble realidad”, donde “por un lado hay muchos recursos y por el otro, muchas necesidades”, en referencia a la desigualdad reflejada entre el “Alto” barilochense y la zona céntrica de la localidad.“Más amistad social”Por su parte, el arzobispo de Santa Fe y presidente de la conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, se lamentó por los saqueos y por las situciones que conspira contra la paz y la equidad social.“En este contexto de Navidad no podemos dejar de pensar en las muchas situaciones que atentan contra la paz, y que son un signo de nuestra fragilidad social, cultural y política”, aseguró el arzobispo, quien además puso enfasis sobre la realidad “que hipoteca a muchos jóvenes que no estudian ni trabajan”.“Debemos encontrarnos en el marco de pertenencia de una madura amistad social y como miembros de una misma comunidad, superando la pequeñez de enfrentamientos que descalifican y no construyen”, sugiri
ó Arancedo. Y agregó: “Es necesario generar contextos de encuentro, de respeto y de diálogo, que nos permitan dar respuesta a los verdaderos problemas que hacen al desarrollo integral del hombre”.Detenidos y denunciasEl Ministerio de Seguridad informó que 523 personas fueron apresadas en las últimas 48 horas por los ataques a comercios en Bariloche, Rosario, San Fernando y Campana, algunos de ellos, acusados de robo calificado.Los saqueos e incidentes provocados en las últimas horas en distintos puntos del país hicieron que en muchos casos las fuerzas de seguridad provinciales y municipales se vieran superadas, debiendo recurrir al apoyo de Gendarmería, Infantería, Caballería, Grupos de Apoyo Departamental y hasta el Grupo Halcón. No pudieron evitarse, sin embargo, dos muertes. En Rosario, Silvia Barnachea, de 30 años, falleció tras sufrir una herida en una de sus piernas, y Luciano Carrizo, de 22, recibió un disparo fatal en el pecho.El viernes por la noche, el Ministerio de Seguridad informó que los detenidos en todo el país por los desmanes y saqueos suman 523 en las últimas horas, entre los apresados en Bariloche, Viedma, Cipoletti (Río Negro); Rosario (Santa Fe); San Fernando y Campana (Buenos Aires). Sólo en San Fernando, el propio ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal confirmaba ayer 378 detenidos y dejaba en claro, en consonancia con la hipótesis oficial, que se trató de “robos organizados” e intentos de desestabilización. “Hemos estado ante hechos delictivos, previamente organizados, con un componente de destrucción y de violencia inusitada donde grupos de personas, con mucha violencia, pretendieron en algunos casos y lo lograron robar las góndolas y los anaqueles de cada hipermercado con electrodomésticos y comestibles”, describió Casal. Ayer el gobernador bonaerense Daniel Scioli condenó “los desmadres” y remarcó que espera que “se aplique todo el rigor de la ley”. Además, se distanció del Gobierno nacional y evitó identificar a posibles organizadores de los incidentes. Scioli estableció en 471 los detenidos en Buenos Aires.“Quiero paz, tranquilidad y confianza, vamos a estar cuidando la vida y los bienes de las personas”, insistió el gobernador, quien subrayó que su expectativa es que “los que fueron violentos y estaban armados, que no los larguen rápido”.Seguridad en las provinciasLuego de que la Gendarmería llevara tranquilidad a los barilochenses, en Viedma lo que comenzó como un pequeño enfrentamiento por el reclamo de bonos de alimentos acabó en incidentes entre manifestantes y la Policía, mientras que episodios de características similares se registraron en Misiones, Entre Ríos, Córdoba, Rosario.y otras ciudades.Las principales ciudades del país permanecían ayer bajo una fuerte custodia policial y en alerta ante el temor de que se repitan los saqueos a comercios y supermercados.La presidenta Cristina Kirchner se mantuvo informada “permanentemente” sobre la situación en todo el país, informó el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, quien durante la jornada del viernes mantuvo además un duro cruce con el sindicalismo opositor, luego de acusar a la CGT de Hugo Moyano y la CTA de Pablo Micheli de estar detrás de los saqueos.“Si tienen pruebas y agallas que me detengan”, fue la respuesta de Moyano.La presidenta permanece en la Patagonia y todavía no se ha pronunciado sobre los sucesos. 292 comercios en 2 díasUn total de 292 pequeños y medianos comercios del país fueron blancos de saqueos este jueves y viernes, lo que implicó pérdidas de 26,5 millones de pesos, informó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).La entidad indicó que si bien es difícil estimar las “pérdidas reales”, ya que además de los saqueos y destrozos “miles de comercios cerraron sus puertas por precaución” justo en los días de mayores ventas del año, lo cierto es que “las pérdidas son cuantiosas”. Según la información recolectada por CAME, “en 40 de las ciudades afectadas, hubo 292 comercios saqueados con pérdidas estimadas en 26,5 millones de pesos”. Pero la cantidad de comercios afectados “superaría los 500” cuando se agregan locales comerciales que, si bien no fueron saqueados, quedaron expuestos a roturas de vidrios y otro tipo de daños significativos.La cámara señaló, además, que “el costo real del vandalismo del jueves y viernes se multiplica” cuando se computan impactos como las pérdidas de ventas ocasionadas por el cierre temporario de muchísimos negocios y los refuerzos en personal de seguridad que debieron hacer pequeños locales, ubicados en zonas afectadas, por temor a que se repitan los actos violentos.“La situación de los comercios pequeños y medianos es delicada porque la mayoría de ellos no están preparados con personal de seguridad como para enfrentar este tipo de situaciones. A su vez, las fuerzas de seguridad oficiales, se concentran mayormente en proteger los grandes negocios, que de por sí cuentan con sistemas de protección propios”, señaló la CAME. Y agregó que “frente a la dimensión de los actos y el nerviosismo reinante, es urgente e indispensable que se destine personal de seguridad a reforzar la seguridad de los comercios más chicos y darles un clima de tranquilidad en esta fecha tan importante”.En base a datos brindados por cámaras de comercio regionales y otras instituciones, la CAME sostuvo que “los saqueos han abarcado todo tipo de rubros, desde alimentos y bebidas hasta zapaterías, farmacias, regalerías, indumentaria, o electrónicos”, mientras que “hubo comercios que perdieron toda la mercadería que tenían en stock para las fiestas”.“Los robos no solo involucraron la mercadería, sino instalaciones como cajas registradoras, maniquíes, computadoras, el dinero de caja y objetos del personal del local. Es llamativo cómo en ocasiones no se robaron nada sino que, simplemente, los saqueadores se limitaron a destruir el local con todo su contenido”, indicó.





Discussion about this post