La capital de Misiones, está viviendo una transformación silenciosa pero evidente en su dinámica comercial. Mientras que en el microcentro, históricamente el corazón económico de la ciudad, empiezan a ser más notorios los locales vacíos, otras zonas emergen como nuevos polos de atracción para inversiones comerciales, gastronómicas e incluso públicas.
Un ejemplo claro de esta tendencia es la próxima apertura de la tercera sucursal del Hiper del Pollo, prevista para fines de mayo de 2025, en la intersección de la avenida Quaranta y Comandante Miño. Este nuevo local, que generará 20 puestos de trabajo, se ubicará a solo una cuadra del Hiper Libertad y de McDonald’s, consolidando a esta arteria como un epicentro de desarrollo económico en la ciudad.
La avenida Quaranta no está sola en este auge. En los últimos años, la zona ha visto llegar marcas de peso como Mostaza, el concesionario Lowe, dos modernas estaciones de servicio YPF (una en el acceso a Itaembé Guazú) y dos sucursales de la reconocida firma local Petri, una en Quaranta, esquina ex 213 y otra sobre la ruta 12.
Estos movimientos no son aislados: responden a una lógica de expansión que aprovecha los buenos accesos, la disponibilidad de estacionamiento y un entorno menos saturado que el microcentro.
A esto se suma la promesa de una remodelación largamente postergada de la Terminal de Ómnibus, una obra que, de concretarse, podría terminar de transformar el área.
Ocaso del microcentro
Mientras Quaranta y otras avenidas periféricas florecen, el microcentro de Posadas atraviesa una crisis que se agrava con el paso del tiempo. Los altos costos de los alquileres y el abandono de casas de familia, que quedan a la espera de compradores que no llegan, han empujado a muchos comerciantes a cerrar sus puertas o buscar horizontes más accesibles.
Jorge Ferreira, presidente de la Cámara de Inmobiliarios de Misiones (CIM), lo explica con claridad. “Hay una migración de comerciantes hacia las afueras del casco céntrico, por el alto costo del alquiler en el centro y porque algunos buscan mayor comodidad de estacionamiento para sus clientes”, aseguró a PRIMERA EDICIÓN.
Aunque no cuenta con datos exactos, Ferreira estima que un local fuera del centro puede costar hasta un 50% menos que uno de similares características dentro de las cuatro avenidas principales.
Un recorrido por el mercado inmobiliario local confirma esta disparidad. Un local céntrico de 160 metros cuadrados sobre la calle Buenos Aires, entre Córdoba y Bolívar, se ofrece a $1.800.000 mensuales.
En contraste, un espacio de 90 metros cuadrados sobre la avenida Rademacher y Bonpland, fuera del núcleo tradicional, cuesta $800.000 por mes.
Más aún, un local de 100 metros cuadrados en la avenida Santa Catalina y calle Dutra se alquila por $700.000, mientras que otro de 110 metros cuadrados en López y Planes y Morcillo, a pocas cuadras del centro, asciende a $750.000.
Sin embargo, el extremo lo marca un inmueble en Entre Ríos y Junín, en pleno corazón de Posadas, con unos 300 metros cuadrados más patio interior, cuyo alquiler alcanza los $2.600.000 mensuales. Estas cifras reflejan una realidad ineludible: el microcentro se ha vuelto prohibitivo para muchos.

Economía en pausa
El último año, marcado por la gestión económica del gobierno de Javier Milei, no ha hecho más que acentuar este fenómeno. La incertidumbre sobre el dólar y el rumbo del país ha frenado las inversiones que se esperaban en el centro, dejando galerías y locales en un limbo de promesas incumplidas.
“Muchos locales y galerías en el microcentro cambiaron de mano, pero las inversiones no llegan”, señaló Ferreira. Este estancamiento ha profundizado el éxodo hacia zonas más alejadas del centro, donde el crecimiento parece no detenerse.
La llegada de grandes cadenas como McDonald’s y Mostaza, junto con la modernización de estaciones de servicio como las de YPF (que se jactan de ser las más avanzadas de la ciudad), son solo la punta del iceberg.
El Hiper Libertad ha reforzado su presencia con nuevas inversiones, y la instalación de Petri en puntos estratégicos refuerza la idea de que el futuro comercial de Posadas ya no pasa exclusivamente por el microcentro. La accesibilidad y el espacio para estacionar, bienes escasos en el centro, son un imán para consumidores y empresarios por igual.
Futuro en las periferias
La remodelación de la Terminal de Ómnibus aparece como un proyecto clave en este contexto. Su renovación podría ser el catalizador definitivo para consolidar a Quaranta y sus alrededores como un nuevo eje urbano.
La obra, que lleva años en el tintero, es vista como una necesidad urgente para una ciudad que aspira a modernizarse y competir con otros centros urbanos del NEA.
El caso del Hiper del Pollo es emblemático de esta transición. Con su tercera sucursal, la cadena no solo apuesta por el crecimiento económico de la zona, sino que también contribuye a la generación de empleo en un momento en que la economía nacional atraviesa turbulencias. Sus 20 nuevos puestos de trabajo son una señal de confianza en un área que, paso a paso, se posiciona como el futuro comercial de Posadas.
En definitiva, la ciudad está ante un cambio de paradigma. El microcentro, con sus calles estrechas y sus alquileres exorbitantes, parece ceder terreno frente a avenidas más amplias y accesibles como Quaranta, López y Planes o Santa Catalina.
La pregunta que queda en el aire es si esta migración logrará revitalizar la economía local en su conjunto o si, por el contrario, el abandono del centro se convertirá en una herida permanente en el paisaje urbano de Posadas.









