Un tiroteo en el centro educativo Campus Risbergska, en la ciudad sueca de Orebro, dejó alrededor de diez personas fallecidas el martes, según informó la policía local. Entre las víctimas se encuentra el presunto autor de los disparos, en lo que ha sido catalogado como el ataque escolar más mortífero en la historia del país escandinavo.
Inicialmente, las autoridades habían reportado varias personas heridas sin confirmar víctimas fatales. Sin embargo, en una conferencia de prensa posterior, el jefe de la policía de Orebro, Roberto Eid Forest, señaló: “Alrededor de 10 personas han muerto hoy”, aunque evitó precisar el número exacto debido a la cantidad de heridos.
Los ataques en centros educativos son inusuales en Suecia, aunque la nación ha enfrentado un aumento de la violencia relacionada con bandas criminales en los últimos años. El tiroteo ocurrió en una institución que atiende a adultos que buscan completar su educación formal. Según reportes, se registró después de que la mayoría de los estudiantes habían salido del recinto tras rendir un examen nacional.
La policía recibió la primera alerta a las 12:33 p. m. (hora local) e implementó un operativo inmediato. Según Forest, el atacante, cuya identidad no fue revelada, aparentemente actuó solo y podría haber utilizado un artefacto para generar humo en el interior del edificio.
Profesores de la escuela relataron los momentos de terror vividos durante el ataque. Miriam Jarlevall y Patrik Soderman, docentes de la institución, declararon al diario Dagens Nyheter: “Los estudiantes vinieron y dijeron que alguien estaba disparando. Luego oímos más disparos en el pasillo. No salimos, nos escondimos en nuestros despachos”.
Relataron que al principio se escucharon múltiples detonaciones, luego un silencio de aproximadamente 30 minutos y, posteriormente, nuevos disparos. “Estábamos tumbados bajo nuestros escritorios, encogidos”, añadieron.
Algunos testigos afirmaron haber oído lo que parecían ser disparos automáticos. En paralelo, medios suecos reportaron que la policía registró el domicilio del sospechoso en Orebro y que este tenía unos 35 años, portaba armas legalmente y no tenía antecedentes penales. Sin embargo, las autoridades no confirmaron estos detalles.
Impacto y reacciones
Las escuelas cercanas fueron cerradas preventivamente durante varias horas antes de que los estudiantes fueran liberados. El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, expresó en redes sociales: “Es un día muy doloroso para toda Suecia. Mis pensamientos están con aquellos cuya jornada escolar normal fue sustituida por el horror”.
Una madre cuyo hijo permaneció en una escuela cercana durante el operativo policial expresó su angustia a la prensa: “Mi hijo está encerrado, tienen que esconderse. Estoy conmovida y enfadada. Esto no debería ocurrir”.
A pesar de la relativa rareza de este tipo de ataques en Suecia, en años recientes se han registrado episodios de violencia en centros educativos. En 2022, un estudiante asesinó a dos profesores en Malmo, mientras que en 2015, un agresor con una espada mató a tres personas en un colegio de Trollhattan antes de ser abatido por la policía.
Las investigaciones sobre el móvil del ataque en Orebro continúan en curso.








