Mis tíos Herman Senghaas y Frida Wieland vinieron desde Alemania y se radicaron en Montecarlo en el año 1924. Se casaron en Puerto Piray, después de viajar en lancha por el río Paraná.

Se instalaron en Línea Bonita, ubicada actualmente sobre la ruta nacional 12. En aquél entonces, todo alrededor era monte y caminos de tierra. En ese lugar levantaron su casa de madera y el taller de herrería. Herman se ocupaba de arreglar las herramientas de trabajo de los colonos, los carros que eran tirados por bueyes, o por caballos; los tambores para el secado de la yerba mate que eran utilizados en la Cooperativa Agrícola y en el secadero de Jacobo Ranger.
El matrimonio tuvo dos hijos: Wilma y Kurt. Ambos trabajaron junto a sus padres en todos los quehaceres: herrería, chacra, atención y cuidado de los animales para el sustento, desde ordeñar las vacas hasta moler maíz para las aves de corral.

Ambos niños asistieron a la Escuela N° 132, pero tuvieron una infancia y una adolescencia bastante dura, de mucho trabajo, siempre ayudando a la familia, hasta llegar a la mayoría de edad.
Wilma conoció a Carlos Osterwalder, hijo de suizos inmigrantes, de Eldorado. Se casaron en 1946 en Montecarlo, tuvieron cinco hijos: Roberto, Silvia, Irma (fallecida), Marlene y Germán. Todos se casaron, formaron sus familias, y le regalaron siete nietos y ocho bisnietos.

La herrería se trasladó al centro de Montecarlo, en el año 1955, a un edificio de material situado sobre la avenida El Libertador, que actualmente refaccionado y se convirtió en un local comercial muy bonito.

Tío Herman siguió trabajando en su taller, que se encontraba en la parte delantera de la vivienda familiar, hasta que su salud se empezó a complicar. Pero la tarea de la herrería no se abandonó, la siguió atendiendo su yerno Carlos Osterwalder durante muchos años, hasta 1974.
Kurt Senghaas se casó con Edda Gundes y tuvieron cinco hijos: Olga, Juan (fallecido), Enrique, Ricardo y Alfredo. Ellos los alegraron con once nietos y diez bisnietos.

Se cumplieron cien años que Herman y Frida llegaron a la zona de Línea Bonita, Montecarlo, junto a su hermano Wilhelm Senghaas, la hija de éste y Ana Kremer, su madrastra. De esta manera se sintetiza su historia, y su aporte al Alto Paraná Misionero. A todos ellos mi más sincero reconocimiento. Los restos de todos ellos descansan en el cementerio de Montecarlo.
Por Herta Jurisch de Fuchslocher. Abril de 2024





