Argentina vivirá una de las semanas más intensas con el ingreso a la recta final hacia las elecciones presidenciales. Transcurridos los dos debates previstos antes de la primera vuelta, las cosas no están más claras que antes y las expectativas están puestas en esa gran masa de ciudadanos que, o votaron en blanco o directamente no fueron a votar.
Representan una diferencia fenomenal cuando de ganar en primer vuelta o llegar con chances a un eventual balotaje se trata. Es a ellos a quienes esta semana hablarán con énfasis los candidatos con más chances de pelear por la Presidencia.
De fondo ya es insoportable el contexto de crisis que condiciona enormemente el humor de los votantes.
La debacle de la estructura económica, los indisimulables rumores sobre una nueva devaluación poselecciones más allá de las micro que se producen todas las semanas y la infaltable escalada inflacionaria marcan el sendero de una semana crítica e intensa.
Las dudas y la incertidumbre acerca de lo que se viene se intensifican con el paso de las jornadas y pocos se atreven a pensar más allá del domingo 22 de octubre. Habrá entonces que ir día a día intentando que la maraña en la que nos sumergió la clase política no nos nuble de antemano.








