Transcurrido el frenético cierre de listas que este año depositó buena parte de su atención en el oficialismo, el eje vuelve a ser la economía y su resquebrajada estructura.
El contexto, queda claro, cambió un poco a partir del viernes. Sergio Massa completó el círculo y pasó de ser “súperministro” a “uno más” y ahora a “precandidato de unidad”. Las expectativas puestas en el funcionario se agrandaron a partir del viernes, pero siguen siendo eso, expectativas… porque de resultados (positivos) hay muy poco por publicitar.
La plataforma del precandidato se presenta complicada dado que está al frente del ministerio que no resolvió lo que debía resolver y que no cumplió con aquella grandilocuente premisa de estacionar la inflación en la línea del 3% en abril pasado.
Pero cuando se habla de política, nos quedó claro a todos desde la noche del viernes, cabe hasta lo impensado.





