
Un día cualquiera terminando la tarde al salir del trabajo.
Con el cansancio natural luego de las horas transcurridas. Frío, lluvia y de pronto en el horizonte me sorprende la imagen bella que la naturaleza suele brindar: un hermoso arcoíris anunciando con sus colores maravillosos que tal vez pasaría la lluvia.
Así lo manifestaban mis abuelos, mi madre y hoy lo digo yo.
Pero creo que es un regalo del cielo, un mimo que Dios brinda para que el regreso a casa sea con bendiciones, dando gracias por una jornada más.





