
A pura emoción. Así transcurrió la tarde y la noche de ayer para Víctor Hugo Romero (71), mítico puntero izquierdo misionero que jugó en Boca Juniors en 1966. El club Huracán de Posadas, donde nació junto a la redonda; y la Asociación de exjugadores Glorias del Fútbol Misionero, resolvieron brindarle un homenaje antes del fin de año. Y no faltó nadie.
La cita inició alrededor de las 18.20 en el quincho Los Amigos del club CAPRI, al lado de la cancha principal de fútbol. Allí confluyeron nombres de peso de la pelota misionera, tales como “Beto” Del Piano, Rubén Nascimiento, Sergio Pydd, José Edmundo Villarreal o Héctor Villalba. Todos dijeron presente para homenajear a Romero.
“Yo soy quien les debe a ustedes. Ustedes no me deben nada a mí. Me hicieron feliz en el peor momento de un futbolista, que es el retiro”, lanzó Víctor Hugo, emocionado, al tomar el micrófono ante los presentes y en relación a su retiro y posterior carrera como director técnico en el fútbol misionero.
Después, llegaron los presentes. Un camiseta versión retro de Huracán de Rocamora, su primer amor, enmarcada y con la firma de todos. Una plaqueta. Otra pilcha, ahora de las chicas del equipo femenino del Globo, que también dijeron presente.
El amor y el cariño por el player que los marcó tanto dentro como fuera de la cancha.
“Es un día de mucha emoción y felicidad para mí. Pude encontrarme con muchachos que no veía desde hace años. Pudo venir la mayoría, así que es un placer volver a verlos”, sintetizó a EL DEPORTIVO el propio Romero, quien debutó en Boca Juniors el 21 de agosto de 1966, nada más y nada menos que ante River Plate.
El explayer, que llegó a convertir dos goles con la camiseta xeneize y, tras su paso por el club de la Ribera, jugó también en Perú y Bolivia, recordó su época en Buenos Aires.
“Tuve la suerte de jugar en Primera, en Boca, con muy buena gente. Desde que llegué, ellos se preocuparon primero por la condición humana. Siempre voy a estar agradecido al club y a los compañeros que allí tuve”, sintetizó Romero. En ese team compartió con gigantes como Antonio Roma, Norberto Madurga, el Tanque Rojas, Silvio Marzolini, Ubaldo Rattín o Carmelo Simeone.

Y aquello tuvo un sabor especial para Víctor Hugo, hincha de Boca gracias a otro misionero que llegó lejos. “Yo soy hincha de Boca por ‘Tito’ Cucchiaroni. Él fue uno de los primeros que salió de acá y jugó en Boca, después en la Selección Argentina y luego en Europa. Cuando volvió a Posadas, hicieron un amistoso para homenajearlo y yo estaba ahí, jugando en Primera, con 13 años. Él me vio en ese partido e hizo los contactos para que me vaya a jugar a Boca”, confió Romero, en una historia pocas veces contada.
Fiel cultor del perfil bajo, Víctor Hugo hizo hincapié en la humildad que siempre lo caracterizó. “Alguna vez alguien me dijo que los jugadores que llegan rápido y suben como palmera, pero caen como cocos”, se rió el homenajeado, quien no se fue sin dejar un mensaje: “Hay muchos jugadores con experiencia que sobresalieron en el fútbol posadeño y todos ellos deberían estar trabajando en los clubes, enseñándoles a los más chicos. Ellos tienen mucha experiencia, que es algo que no se compra. Eso y la humildad, son la base de todo”.





